Mientras el Ministerio del Trabajo confirma abusos laborales en D1, la senadora María Fernanda Cabal acusa al Gobierno Petro de atacar a las empresas exitosas; la investigación reveló acoso, sobrecarga y condiciones que afectan la salud de los trabajadores.
La cadena de Tiendas D1 se encuentra en el centro del debate nacional tras la investigación abierta por el Ministerio del Trabajo por presuntos abusos laborales, entre ellos acoso, persecución sindical, sobrecarga de tareas y jornadas extenuantes. La inspección abarcó 263 tiendas del país y fue motivada por las denuncias del Sindicato Nacional de Trabajadores de D1 (Sintra-D1).
Según reveló el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, la investigación confirmó que dentro de las tiendas se presentan casos de acoso laboral, condiciones físicas inadecuadas, jornadas de ocho horas sin pausa para almuerzo, y horas extras no reconocidas ni remuneradas. Además, denuncias de accidentes laborales no reportados, pasillos bloqueados, problemas de salud y afectaciones psicológicas agravaron el panorama.
“Horas extras que no son registradas ni pagadas, sobrecarga de labores en una sola persona, persecución a líderes sindicales e incumplimientos de acuerdos colectivos”, detalló la viceministra (e) Sandra Muñoz, quien alertó sobre las consecuencias físicas y emocionales en los empleados.
Frente a este escenario, la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, lanzó una dura crítica al Gobierno Petro, acusándolo de hostigar a las empresas que generan empleo formal. “Ahora enfilan baterías contra una empresa que genera 25 mil empleos con contrato a término indefinido y que le da oportunidad a más de 1.100 aprendices del SENA. (…) Persigue todo lo que funciona para destruirlo”, afirmó en su cuenta de X.
Nuevo capítulo de persecución contra la libre empresa en el país. Ahora enfilan baterías contra una empresa que genera 25 mil empleos con contrato a término indefinido y que le dan oportunidad a más de 1.100 aprendices del SENA.
Nada que signifique comodidad, mejores precios y… pic.twitter.com/WMPZWMWz0F
— María Fernanda Cabal (@MariaFdaCabal) July 14, 2025
Por su parte, el sindicato Sintra-D1 defendió la acción del ministerio: “En buena hora el Ministerio ahora está metiendo las narices en el asunto”, dijeron voceros sindicales, quienes también denunciaron amenazas por parte de la empresa en caso de difundir información “confidencial, falsa o difamatoria”, como consta en una carta firmada por el director jurídico de D1.
Sin embargo, las declaraciones de Cabal no quedaron sin respuesta. El ministro de Minas, Edwin Palma, le respondió también a través de X, asegurando que “quieren que regresemos al pasado donde no existían normas laborales”. Palma fue más allá y afirmó que “violar el derecho de asociación es un delito, y debería considerarse también delito incumplir las normas laborales”.
Frente al intercambio de acusaciones, el ministro Palma cerró con una reflexión contundente: “Después dicen que es ‘persecución’. Es solo hacer cumplir la ley laboral que históricamente han estado acostumbrados a burlar”.
Senadora Uds quisieran que regresáramos al pasado donde no existían normas laborales.
Por eso se oponen con orgullo a la
Reforma laboral y a cualquier norma protectora del trabajador, porque sueñan con la esclavitud. Vaya y Ud misma mire cómo esa empresa trasgrede normas… https://t.co/Gt2rrgMg33— Edwin Palma Egea (@PalmaEdwin) July 15, 2025
Una fuente sindical que pidió reserva de identidad explicó que “la desconexión laboral no existe” y que los trabajadores son contactados fuera del horario laboral para tareas ajenas a su contrato. Esta situación, sumada al mal estado de las instalaciones y la falta de reemplazos ante ausencias justificadas, ha deteriorado la calidad de vida de los empleados.
El Ministerio del Trabajo advirtió que las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) deberán intervenir ante los abusos físicos y psicológicos detectados. La polémica crece, dividiendo a la opinión pública entre quienes ven un necesario control estatal a favor de los derechos laborales y quienes, como Cabal, denuncian una presunta persecución ideológica.
Y.A.