Mary Grueso y Bárbara Muelas: la primera vez que una mujer afro y otra indígena llegan a la Academia Colombiana de la Lengua

Tuvo que pasar un siglo y medio para que la Academia Colombiana de la Lengua, fundada en 1871, tuviese a dos mujeres racializadas como sus miembros: Bárbara Muelas y la poeta afro Mary Grueso, las dos nativas del departamento del Cauca, se posesionaron esta semana como nuevas miembros correspondientes.

Se trata del mismo reconocimiento que tienen allí otros escritores conocidos como Juan Gabriel Vásquez o William Ospina. Aunque la decisión de su inclusión se había anunciado en diciembre pasado, a partir de este momento Grueso y Muelas brindarán asesorías a la institución, participarán en eventos y podrán presentar investigaciones.

“Este nombramiento abre una puerta para todas, en particular, para las indígenas. Es un honor porque hasta ahora habíamos sido excluidas.

Abre una ventana, una puerta para otras comunidades”, cuenta Bárbara Muelas a EL PAÍS, quien trabaja en su gran misión: construir un diccionario bilingüe entre español y guambiano. “Me impresionó el nombramiento. Yo no me la creía porque esos espacios han sido muy cerrados. Nos han marginalizado [a los afros] mucho tiempo”, dice Bárbara Grueso desde Medellín, donde asiste al Festival Internacional de Poesía de la ciudad.

Las dos mujeres, que dedican sus vidas principalmente a ser maestras, coincidieron en la esencia de sus discursos de posesión, en los que subrayan cómo el lenguaje puede transformar el mundo, tal y como ellas han luchado por hacerlo durante décadas. Muelas fue la encargada de traducir el capítulo étnico de la Constitución del 91 al Namtrik -lengua madre del pueblo Misak– y desde entonces se ha dedicado a preservar su lengua a través de la pedagogía en las escuelas del resguardo Guambía en las montañas de su natal Silva, en el Cauca.

Por otro lado, está Mary Grueso, quien ha usado la poesía para demostrar que la tradición oral afro puede convertirse en literatura, y que los protagonistas de los cuentos infantiles pueden ser negros. Para Grueso, la ausencia de esta población por tantas décadas en la Academia se debe a la discriminación racial que sigue enquistada en la sociedad colombiana. “La gente trata de camuflarlo, pero este país es racista. Sin embargo, los negros siempre hemos estado en literatura, solo que la hemos hecho desde la periferia y por fin eso se ha estado haciendo más visible”, agrega.