Lo que debía ser un recorrido rutinario por las calles de Santa Marta terminó convirtiéndose en una experiencia angustiante para los pasajeros de un bus de servicio público perteneciente a la empresa Transporte Bastidas. A bordo del vehículo con matrícula XVB-401, los usuarios vivieron minutos de auténtico pánico cuando el conductor, según relatan testigos, comenzó a manejar a gran velocidad, desoyendo los pedidos desesperados para que detuviera la marcha.
El ambiente dentro del bus se tornó caótico. Las maniobras temerarias del conductor —giros bruscos, frenazos súbitos y aceleraciones descontroladas— hicieron que muchos pensaran que algo peor podía pasar en cualquier momento. Gritos de temor se mezclaban con súplicas. La tensión se apoderó del aire.
En medio del caos, una pasajera, al borde del colapso, alzó la voz entre el bullicio: amenazó con lanzarse del vehículo si no se detenía. La escena, captada en video por otro pasajero, fue el punto de quiebre. Su desesperación surtió efecto: el conductor finalmente frenó. Pero el alivio no fue inmediato. Varios pasajeros optaron por bajarse del bus, conmocionados y furiosos, exigiendo explicaciones que nunca llegaron.
La situación se tornó aún más tensa cuando uno de los pasajeros enfrentó al conductor, reclamándole por su conducta. La confrontación estuvo a punto de tornarse violenta, pero otros usuarios intervinieron a tiempo, evitando una pelea que parecía inminente.
El hecho ha generado indignación en redes sociales. Los ciudadanos exigen sanciones inmediatas y una respuesta clara por parte de Transporte Bastidas, que hasta el momento guarda silencio. Mientras tanto, los afectados esperan que esta peligrosa experiencia no quede impune.
