“¡Nos bajamos por miedo!”: Pánico en bus de transporte público en Santa Marta por imprudencia de conductor

Lo que debía ser un trayecto rutinario se convirtió en una experiencia angustiante para un grupo de pasajeros que se movilizaba en un bus de servicio público en Santa Marta. El motivo: la temeraria conducta del conductor, quien manejaba a alta velocidad y sin precaución alguna, generando pánico colectivo dentro del vehículo.

Según los testimonios compartidos por un ciudadano afectado, el conductor del bus parecía estar “en una competencia de velocidad”, zigzagueando entre otros vehículos y desafiando los límites de seguridad, mientras los pasajeros gritaban y exigían que redujera la velocidad.

“Nos mirábamos con miedo, muchos comenzaron a gritar. El conductor no respondía, como si no le importara que llevábamos niños, adultos mayores. Fue aterrador”, relató uno de los testigos que prefirió mantener su nombre en reserva.

La tensión llegó al punto en que los pasajeros decidieron detener el recorrido por su cuenta: le exigieron al conductor que parara el bus, se bajaron en medio del trayecto y solicitaron el reembolso del pasaje. “Ninguno estaba dispuesto a seguir arriesgando su vida”, aseguraron.

Una señal de alerta para el transporte público

Este nuevo caso de imprudencia pone de nuevo sobre la mesa el tema de la falta de controles en la conducción del transporte público en Santa Marta, y la necesidad urgente de que las autoridades de tránsito y las empresas operadoras refuercen la vigilancia sobre sus conductores.

Los usuarios hacen un llamado a la Secretaría de Movilidad y al SETP para que se investigue lo ocurrido, se revisen los antecedentes del conductor y se garantice que quienes prestan el servicio lo hagan con responsabilidad.

“Los buses no pueden ser trampas mortales. Queremos llegar a casa, no vivir una pesadilla en cada viaje”, añadió otra pasajera afectada.

La ciudadanía exige que se tomen medidas concretas: capacitación, controles técnicos, sanciones a conductores temerarios y canales eficaces para denunciar estos casos sin represalias. Porque el derecho a movilizarse en condiciones seguras no es negociable.