Santa Marta bajo la alfombra: ALERTA. Contaminación real y presencia de bacterias en playas (Estudios de INVEMAR)

Mientras Dirceu Vargas, subdirector de Essmar, insiste en que "las playas están libres de contaminación", el informe técnico del INVEMAR contradice sus declaraciones con alarmantes datos sobre bacterias, metales pesados y microplásticos. Por su parte, el secretario de Salud, Jorge Lastra Cantillo, atribuye sin certeza los brotes cutáneos a contacto con algas, aunque la comunidad desconfía de esta versión oficial.

Mientras Essmar asegura que las aguas de El Rodadero y Gaira están libres de contaminación, un informe técnico del Invemar revela serios niveles de bacterias, microplásticos y metales pesados que ponen en riesgo la salud pública y el ecosistema marino.

Por: Unidad Investigativa.
DIARIO LA LIBERTAD. 

En un intento desesperado por maquillar la realidad ambiental de las playas de Santa Marta, la Empresa de Servicios Públicos del Distrito (Essmar) emitió este sábado 12 de julio de 2025 un comunicado en el que asegura que «un estudio garantiza calidad ambiental de las playas», indicando que las muestras de agua tomadas en sectores costeros resultaron negativas para contaminación. Sin embargo, el más reciente informe detallado de INVEMAR demuestra todo lo contrario: las playas están enfermas, y el Estado parece cómplice de su deterioro.

Según Essmar, el monitoreo fue realizado en 19 puntos de control y en la zona de difusores del emisario submarino, arrojando resultados dentro de los parámetros exigidos por la normativa ambiental. Dirceu Vargas, subdirector de la entidad, afirmó que el estudio permite dar un «parte de tranquilidad» a la comunidad samaria y a los visitantes. La empresa enfatizó que el laboratorio encargado está certificado y que incluso en zonas históricamente críticas como El Boquerón, no se encontró contaminación.

Un reporte de INVEMAR, realizado de manera reciente con muestreos en estaciones de Santa Marta, Buritaca, Parque Tayrona y Costa Sur, expone que, lejos de estar libres de contaminación, las playas presentan condiciones ambientales que van desde inadecuadas hasta óptimas, según los índices de calidad del agua marina (ICAM). Las estaciones F. Gaira, Muelle de Cabotaje y F. Manzanares, en particular, mostraron niveles críticos de coliformes termotolerantes, fosfatos y clorofila a, lo que evidencia una grave alteración ecológica.

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Los resultados de INVEMAR señalan directamente a los ríos Gaira, Manzanares y Toribio como fuentes activas de contaminación, arrastrando microorganismos y desechos debido a actividades ganaderas, urbanas y turísticas. Por ejemplo, el río Guachaca y el río Gaira presentaron concentraciones de coliformes termotolerantes de hasta 92.000 NMP/100 mL, muy por encima de los límites legales para uso recreativo (<200 NMP/100 mL).

Un elemento crítico que INVEMAR destaca en su informe es el papel de las aguas residuales domésticas sin tratamiento previo, las cuales continúan vertiéndose directamente a cuerpos de agua cercanos a las zonas turísticas.

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Estos vertimientos no solo alteran el equilibrio ecológico de los ecosistemas marino-costeros, sino que también representan una amenaza directa para la salud pública. En particular, los puntos de descarga de aguas negras provenientes de sectores como la calle 22 y el Muelle de Cabotaje alimentan el flujo contaminante que desemboca en la bahía de Santa Marta, afectando la calidad de las aguas utilizadas por locales y turistas.

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A pesar de la existencia del emisario submarino, la infraestructura no ha sido suficiente para contener el impacto ambiental, ya sea por su limitada capacidad, por fallas en el mantenimiento o por la falta de sistemas complementarios de tratamiento. Así, el mar se ha convertido en el vertedero de una ciudad que sigue sin una política de saneamiento efectiva, agravando la contaminación y propagando agentes patógenos en las zonas de baño más concurridas.

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«Santa Marta bajo la marea de la desinformación: la contaminación de sus playas no se limpia con comunicados oficiales, son pocos los argumentos sólidos y sustento científico por parte del Distrito»

Esto contradice abiertamente la narrativa oficial de Essmar, que pretende acallar las quejas ciudadanas sobre brotes cutáneos reportados por bañistas en playas como El Rodadero y Puerto de Gaira, atribuidos por muchos a contaminación del agua aunque de manera reciente, la secretaría de Salud de la ciudad, en cabeza de Jorge Lastra Cantillo,  indicó que el brote registrado precisamente en Gaira se debía, sin dar mayor seguridad, a roce de algas o algún cuerpo marino como las conocidas «agua mala»; sin embargo, la comunidad asegura que no le creen a la Alcaldía Distrital sobre esta versión.

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La situación empeora al considerar los resultados sobre microplásticos en la arena de seis playas turísticas del Magdalena. El informe detalla que Playa Grande (Taganga) y la Playa Municipal presentan las mayores concentraciones, con hasta 3.705,6 ítems/m2 de microplásticos. Estos residuos, producto de la degradación de plásticos de un solo uso como envases e «icopor», representan una amenaza directa para la biodiversidad marina y la salud humana.

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La presencia de microplásticos secundarios, en un 93,6% del total de residuos recolectados, demuestra el deficiente manejo de residuos en Santa Marta. Lejos de ser un problema aislado, se trata de una crisis ambiental estructural, agravada por el turismo masivo, la ineficiencia institucional y la corrupción ambiental que reduce la gestión a ruedas de prensa y comunicados vacíos.

A esto se suma la alarmante calidad de los sedimentos marinos, particularmente en la estación Cabotaje (calle 10), donde las concentraciones de metales pesados como cobre (Cu), plomo (Pb) y zinc (Zn) superaron los valores umbrales de efecto tóxico. El hecho de que esta información haya sido omitida o ignorada por las autoridades locales es, en el mejor de los casos, negligente, y en el peor, una maniobra de encubrimiento deliberado.

Consulte informe completo de Invemar, Sección Magdalena página 55:

Informe REDCAM 2023 by LIBERTAD DIARIO

Falta de planta de tratamiento agrava crisis sanitaria

«Es una locura que a estas alturas no haya una planta de tratamiento de aguas residuales», expresó con contundencia Osvaldo Del Castillo, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros Químicos y Ambientales (ACIQCA), en entrevista con DIARIO LA LIBERTAD. El experto calificó de insostenible que aún se viertan aguas residuales sin tratar directamente al mar y subrayó la urgencia de realizar un estudio integral de vertimientos, incluyendo no solo las tuberías oficiales, sino también las descargas no reguladas provenientes de hoteles y embarcaciones.

Osvaldo Del Castillo ingeniero Quimico
Osvaldo Del Castillo, ingeniero Químico.

Del Castillo explicó que, debido a la condición de bahía cerrada que caracteriza a las playas samarias, las aguas presentan escaso movimiento, lo que genera un ambiente propicio para la bioacumulación de residuos y la proliferación de bacterias, en especial aquellas halófilas y halotolerantes que se adaptan a la salinidad. “Como hay cierta quietud en esas ensenadas, lógicamente eso facilita la reproducción de todos estos microorganismos”, afirmó.

Asimismo, advirtió sobre la presencia de bacterias termoestables, esporas resistentes y agentes como el Helicobacter pylori, cuya capacidad de adaptación a condiciones extremas (pH ácido, salinidad, temperatura) las vuelve peligrosas y difíciles de erradicar.

Para el especialista, el mar no puede seguir siendo el vertedero de Santa Marta, y el discurso oficial debe ceder paso a la transparencia científica. “Las autoridades deben advertir si las aguas son aptas o no para el baño”, recalcó, e instó a establecer un monitoreo ecológico y físico-químico diario, así como a implementar una planta de tratamiento que permita reutilizar el agua en lugar de contaminar los afluentes naturales.

Santa Marta exige verdad y acciones, no más maquillaje institucional

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La narrativa oficial de Essmar y de la misma Secretaría de Salud del Distrito, que pretende dar parte de tranquilidad a la ciudadanía, resulta no solo imprecisa, sino irresponsable. Con base en los datos de INVEMAR, queda claro que Santa Marta está enfrentando una crisis ambiental multifactorial que involucra vertimientos ilegales, contaminación por escorrentías urbanas, ausencia de tratamiento adecuado de aguas residuales, deficiente recolección de basuras y una preocupante acumulación de microplásticos.

Más que tranquilidad, lo que exige la comunidad es transparencia, acción y responsabilidad ambiental. No se trata de desprestigiar una institución, sino de restablecer la confianza pública en base a hechos y ciencia. Santa Marta no puede seguir siendo víctima del maquillaje institucional que ignora los datos y posterga soluciones.

En el caso de que se de anuncio de una rueda de prensa por parte de la Administración Distrital para detallar los resultados del monitoreo, no debería convertirse en otro show político, sino en un espacio para contrastar públicamente la información de Essmar con los hallazgos de INVEMAR. La ciudad necesita rendición de cuentas transparente, vigilancia ciudadana y, sobre todo, acciones concretas: modernización del sistema de tratamiento de aguas, programas sostenibles de recolección de residuos, restricciones a plásticos de un solo uso y una vigilancia ambiental real, técnica e independiente.

Y.A.