Osvaldo Del Castillo alerta sobre la proliferación de microorganismos peligrosos en la bahía samaria y lanza un llamado urgente a la Alcaldía para detener el vertimiento de aguas residuales sin tratar.
Por: Unidad Investigativa.
DIARIO LA LIBERTAD.
Santa Marta: la ciudad sin defensas ante bacterias resistentes como el Helicobacter pylori…
Las postales turísticas de Santa Marta contrastan de forma peligrosa con lo que se esconde en sus tranquilas aguas. El ingeniero químico Osvaldo Del Castillo, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros Químicos y Ambientales (ACIQCA), lanzó una advertencia contundente: “Es una locura que a estas alturas no haya una planta de tratamiento de aguas residuales”, sentenció en entrevista con Diario La Libertad.
El experto explicó que, por tratarse de una bahía cerrada, las aguas samarias tienden a permanecer en reposo, lo que favorece la bioacumulación de bacterias, virus y esporas. Entre los organismos más preocupantes mencionó al Helicobacter pylori, una bacteria que, en lugar de morir en condiciones extremas de acidez, se fortalece y se reproduce más. “Entre más ácido el entorno, más prolifera el pylori, y eso explica enfermedades graves como úlceras gástricas que son difíciles de tratar”, advirtió.
Pero el pylori no es la única amenaza. Del Castillo también se refirió a las bacterias halófilas y halotolerantes, que no solo sobreviven sino que florecen en ambientes con alta salinidad, como las playas samarias. “Estas aguas están quietas, no hay oleaje fuerte, y todo lo que se descarga allí se queda acumulado. Eso incluye vertimientos de los ríos, embarcaciones sin control y, posiblemente, aguas residuales vertidas por hoteles”, denunció.
Recomendaciones…
Frente a esta realidad, el ingeniero subrayó que no basta con monitoreos esporádicos o comunicados institucionales sin base científica. “Se necesita control ecológico y físico-químico diario”, señaló. A su juicio, es urgente que la Alcaldía de Santa Marta, la Essmar y el DADSA evalúen el impacto real de todas las fuentes de vertimiento, no solo del emisario submarino, y se comprometan con una planta de tratamiento de aguas residuales que permita reutilizar el agua en lugar de descargarla directamente al mar.
“Las autoridades deben ser transparentes y advertir si las aguas son aptas o no para el baño. No se puede seguir permitiendo que el mar actúe como vertedero sin control. Esto es una bomba de tiempo sanitaria y ambiental”, alertó Del Castillo.
El especialista también hizo hincapié en la presencia de esporas, microorganismos aún más difíciles de destruir que las bacterias y los virus. “Las esporas se encapsulan, se protegen y pueden sobrevivir años sin que nada las destruya”, explicó, añadiendo que su presencia en las playas representa un riesgo latente de infecciones resistentes, especialmente en un entorno donde no existe una política seria de saneamiento.
En un contexto donde la Secretaría de Salud de Santa Marta y otras entidades insisten en culpar a organismos marinos como medusas o algas, las advertencias de Del Castillo obligan a replantear la respuesta institucional frente a una crisis sanitaria que no se ve, pero que enferma.
Y.A.