POR: FABRICIO ANDRES GAIBAO MARZOLA
Se ha vuelto habitual que la inteligencia artificial cada día haga mayor presencia en la vida cotidiana de niños, jóvenes y adultos, lo cuales hacen uso de esta, con la intención de llevar a cabo distintas actividades en redes sociales, el trabajo, etc. Ya es común ver cómo estas plataformas realizan tareas que anteriormente necesitaban de la intervención activa del ser humano. Un claro ejemplo de esto, es la creación de imágenes, videos, redacción de textos y resolución de problemas matemáticos; es decir, solo se necesita dar una orden y ella hace todo el trabajo por el usuario.
Siguiendo con lo anterior, debemos destacar que el uso de estas plataformas se ha expandido e introducido en distintas áreas de nuestra sociedad, entre ellas, la educación. El uso de plataformas de IA como Chat GPT, han facilitado la búsqueda de información en nuestra sociedad. Cada día son más los estudiantes que se apoyan en este tipo de herramientas para realizar sus actividades escolares, como es el caso de la búsqueda de respuestas a preguntas asignadas como compromisos en clase o la redacción de resúmenes sobre un tema en específico. Esto demuestra que la inteligencia artificial llego para facilitar el desarrollo en algunas tareas, pero, contradictoriamente, ha provocado la decadencia y la crisis en el desarrollo de otras. Es por esto que muchas instituciones de educación superior en todo el mundo se han visto obligadas a fortalecer sus sistemas de prevención del plagio, ya que se ha evidenciado que muchos estudiantes están utilizando inadecuadamente la inteligencia artificial para la redacción de sus trabajos y ensayos universitarios, incurriendo así en el plagio y la falta de ética académica.
El uso de la inteligencia artificial es válido cuando lo que se busca es potenciar las habilidades humanas; el problema nace cuando la utilizamos para que sea esta la que piense por nosotros. Estudios recientes, realizados por universidades prestigiosas y académicos en distintas partes del mundo, han encontrado que el uso excesivo e inadecuado de la inteligencia artificial ha provocado una disminución en las habilidades cognitivas relacionadas con el razonamiento lógico, el pensamiento crítico y la resolución de conflictos en muchos niños y jóvenes del mundo. Es por esto que deberemos buscar soluciones que nos permitan superar estas nuevas barreras impuestas por un mundo avanzado, donde permanentemente se les da un mal uso a las herramientas tecnológicas.
Es aquí donde la implementación de la investigación científica en el aula de clases juega un papel fundamental. Para comenzar, debemos mencionar que las actividades investigativas están íntimamente relacionadas con el desarrollo de habilidades de pensamientos como el análisis, la deducción, la planificación, entre otras habilidades. Adicionalmente, el uso de instrumentos metodológicos, como el método científico, involucran distintos procesos que nos ayudan a encontrar respuestas a aquellas incógnitas que nos ofrece nuestra realidad. Este método incorpora procesos como la observación, el planteamiento del problema, la presentación de hipótesis, la experimentación, el análisis de resultados y la construcción de conclusiones, las cuales buscan dar respuestas a la pregunta que nos planteamos inicialmente. Por lo tanto, cada uno de estos pasos traza el camino hacia la construcción de nuevos conocimientos por parte del investigador.
Ahora bien, para llevar a cabo cualquier proceso investigativo es necesario que el investigador, en este caso, el estudiante, se involucre de manera directa en el proceso investigativo (haciendo referencia a la investigación experimental y la investigación de campo), ya que es necesario manipular variables, analizar fenómenos, realizar encuestas, entrevistas, etc. Esto quiere decir que, para poder realizar un proceso investigativo serio, es necesario que el investigador este activo, presente e involucrado permanentemente con el proyecto; si no es así, el proceso no tiene sentido. Desde esta perspectiva, si logramos que nuestros estudiantes afiancen sus habilidades investigativas, podemos lograr que, a través de la investigación científica afiancen habilidades cognitivas (pensamiento crítico, resolución de problemas, razonamiento lógico) que actualmente están siendo desplazadas por el uso excesivo de la inteligencia artificial.
También debemos mencionar que, si trabajamos en función de invitar y enseñar a nuestros niños y jóvenes a investigar, también los estamos invitando a pensar, a escribir, a experimentar y a cuestionar la realidad que los rodea y, por consiguiente, estaremos ayudando a contrarrestar los efectos negativos provocados por el uso excesivo de la inteligencia artificial.
En resumen, la sociedad moderna, a diario, nos ofrece desafíos los cuales necesitan una respuesta y una solución que nos ayude a avanzar como sociedad. Es por esto que la investigación científica, impulsada desde el aula de clases en las instituciones educativas, puede ser una herramienta muy útil que nos ayude a construir ciudadanos pensantes y críticos, capaces de resolver las problemáticas presentes en nuestra sociedad. Ya para finalizar, es importante resaltar el trabajo realizado por algunos docentes entorno a la construcción de nuevos conocimientos y el fortalecimiento de las habilidades investigativas en los estudiantes, como es el caso del doctor e investigador de la Universidad Del Atlántico Reinaldo Mora, el cual, a través de su trabajo, ha inspirado a muchos de sus estudiantes a seguir el bello camino de la investigación y la escritura científica. Este ejercicio, hace parte del quehacer de los egresados de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlántico.