El poeta dominicano Juan Colón Castillo entrega un mensaje esperanzador y profundamente humano a los graduandos del Liceo de Baoba del Piñal, en tiempos donde el conocimiento solo cobra valor cuando florece con propósito.
Diario La Libertad, se permite compartir una extraordinaria oda cargada de motivación, en medio del lirismo, en un tono elevado de metáforas que accionan a la reflexión y al humanismo. El poeta Juan Colon de República Dominicana nos deja una enseñanza esperanzadora en estos tiempos tan áridos de sensibilidad. Vale la pena leerlo, y mucho más valioso ponerlo en práctica.
Guillermo Luis Nieto Molina
Colaborador – Escritor -Poeta.
Lo que leerán a continuación son mis palabras de motivación a los graduandos del liceo de Baoba del Piñal, acto al que fui invitado y homenajeado.
Por: Juan Colon Castillo
Una vida con sentido: la más alta vocación del saber.
Voy a comenzar con una historia.
Una de esas que no salen en los libros…
Un joven limpiaba vidrios bajo el sol.
Y bajo la indiferencia.
Un profesor lo vio y le preguntó:
—“¿Por qué no estás en la escuela?”
Él respondió:
—“Porque nadie me espera allá.”
Al día siguiente, sí lo esperaban:
una mochila usada, unos cuadernos…
y un corazón abierto que le cambió la vida.
Hoy, ese joven estudia filosofía.
Y sueña —nada menos— qué con enseñar.
¿Y tú?
¿Quién te espera del otro lado de la universidad?
Hoy no celebramos solo un logro académico.
Celebramos el inicio de un camino que exige más que notas:
exige alma.
La universidad no es un trofeo.
Es un terreno fértil.
Y tú eres la semilla.
Pero esa semilla no florece con títulos.
Florece con propósitos.
Vivimos en tiempos donde se valora más el tener que el ser.
No caigas en ese espejismo.
El mundo no necesita más exitosos…
sino más humanos.
Elige una carrera, sí.
Pero antes, elige una causa.
Estudia medicina si quieres curar…
no solo cuerpos, también almas.
Sé ingeniero si quieres construir…
puentes y esperanzas.
Sé artista si el mundo necesita
una nueva forma de ver lo eterno.
Porque el conocimiento sin compasión,
es un adefesio.
El saber sin valores puede brillar…
pero está ciego.
Y la técnica sin alma…
es solo poder sin destino.
Querido graduando:
no temas ir despacio,
si vas hacia lo verdadero.
Hay una inteligencia más alta que la lógica.
Una sabiduría más profunda que los libros:
la del corazón que sabe amar sin rendirse.
El éxito más grande
es mirar atrás
y ver que tu paso hizo florecer algún desierto.
No todos escribirán su historia en oro,
pero todos pueden escribirla en la memoria
de alguien que necesitaba luz.
Sé tú.
Pero sé más.
Sé la pregunta que aún no ha sido respondida.
El poema que aún no se ha escrito.
La respuesta que el mundo aún no se ha atrevido a dar.
No estudies para subir.
Estudia para servir.
No vivas para tener.
Vive para ser.
No busques brillar.
Busca iluminar.
Porque una vida con sentido
es la más alta vocación del saber.
Y el alma que estudia para amar
nunca fracasa.
Y si algún día, en medio del camino,
encuentras a alguien bajo el sol
sin mochila y sin nadie que lo espere…
Acuérdate del joven de esta historia.
Y sé tú quien lo espere.
Porque ahí —en ese gesto humano—
comienza todo verdadero conocimiento.
Ahí, donde una mano se tiende,
y otra, por fin, puede soñar.
Gracias.
Y que la sabiduría nunca te aleje de la ternura.