La tragedia provocada por las históricas inundaciones en el estado de Texas sigue cobrando vidas. Las autoridades confirmaron este domingo que al menos 68 personas han muerto, la mayoría de ellas en el condado de Kerr, epicentro de la emergencia.
El panorama es devastador: 38 adultos y 21 niños figuran entre los fallecidos, muchos de ellos arrastrados por las aguas mientras dormían o intentaban evacuar sus hogares. En medio de la tragedia, un caso ha conmovido profundamente al país: la muerte de 16 niñas que se encontraban en el campamento cristiano Camp Mystic, a orillas del río Guadalupe. Otras 11 menores siguen desaparecidas, mientras equipos de rescate intensifican las labores de búsqueda.
“Es una escena que parte el alma. Familias enteras quedaron atrapadas. Padres que hoy ya no tienen a quién abrazar”, expresó conmovido un rescatista del condado de Kerr.
Emergencia en el corazón de Texas
El centro del estado ha sido golpeado por lluvias torrenciales que provocaron el desbordamiento de ríos, deslizamientos de tierra y cortes de energía masivos. Decenas de municipios permanecen bajo el agua, con miles de desplazados y severos daños materiales.
Las autoridades locales, junto a la FEMA y la Guardia Nacional, mantienen activos los operativos de rescate, mientras el presidente de Estados Unidos anunció ayuda federal y recursos extraordinarios para atender a los damnificados.
Una tragedia que aún no termina
Con múltiples zonas incomunicadas y condiciones climáticas que siguen siendo adversas, el número de víctimas podría seguir aumentando en las próximas horas. Los hospitales locales están al límite de su capacidad y los albergues temporales ya no dan abasto.
Los organismos de emergencia reiteran el llamado a la precaución y piden a la ciudadanía no intentar cruzar vías inundadas, y acatar todas las órdenes de evacuación vigentes.