Nos robaron los quinientos años

Centro de Santa Marta.

Por: Omar Segura
Columnista colaborador Ad honorem

Santa Marta, la ciudad más antigua en Sudamérica y Colombia que aún existe, fundada por los españoles, está a punto de cumplir quinientos años. Sin embargo, estos quinientos años han sido robados, y nadie parece haberse dado cuenta. Los planes, las obras y los eventos majestuosos que durante décadas, o incluso un siglo, imaginaron sus habitantes simplemente no se materializarán.

Inversiones y proyectos

Durante el gobierno de Juan Manuel Santos, junto con el liderazgo del exalcalde Carlos Caicedo, se realizaron grandes inversiones en Santa Marta. Desde entonces, ningún presidente ha vuelto a destinar recursos de tal magnitud a la ciudad. Los macroproyectos que debían estar listos fueron abandonados con la llegada del presidente Iván Duque, del partido de Álvaro Uribe, y desde ese momento las inversiones se bloquearon.

Esta situación refleja una lucha política entre una derecha rancia y una izquierda progresista que, con un presupuesto limitado, logró concretar grandes obras que cambiaron la ciudad, pero se necesitaba más. Se requirió del músculo financiero del centralismo, que nunca llegó: un bloqueo de índeologia política, patrocinado por congresistas samarios, al mismo estilo de nuestros nativos luchando contra los independentistas para salvar la corona, a pesar de que sus antepasados resistieron cien años para no ser colonizados.

A los samarios les robaron sus quinientos años: no llegaron las obras ni los eventos que celebraran esta fecha histórica. No era algo local, era un evento que pertenecía al país; pero tampoco el alcalde Carlos Pinedo, único en el mundo en estar gobernando a pesar de haber perdido las elecciones, hizo nada, más allá de otra Fiesta del Mar que en meses sería olvidada.

Una ciudad de resistencia

Santa Marta tiene el mérito de ser una ciudad que nunca fue trasladada, a diferencia de otras fundadas en la época colonial que sí cambiaron de lugar. Resistió más de treinta saqueos y quemas perpetrados por corsarios y piratas holandeses, franceses e ingleses, quienes ralentizaron su desarrollo.

En el siglo XIX, un devastador terremoto dejó a la ciudad sin catedral, un golpe duro para su patrimonio. Sin embargo, Santa Marta ha resistido todas estas adversidades a lo largo de su historia.

El olvido en el aniversario

Lo que Santa Marta no podrá soportar es la ausencia y el olvido en su cumpleaños número quinientos. Durante más de una década, la ciudad ha sido abandonada por la inversión nacional. Aunque el presidente de izquierda Gustavo Petro ha mostrado buenas intenciones, ni él ni sus ministros han logrado concretar las obras que esta conmemoración merece.

Santa Marta cumplirá quinientos años de historia, de haber sido fundada por un grupo de españoles y de haber iniciado la colonización de una civilización que aún se resiste a desaparecer.

Los samarios han soportado todo: guerras, saqueos, desastres naturales. Seguramente, también podrán soportar el olvido de sus quinientos años.