La renuncia de Laura Sarabia a la Dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE) ha generado una oleada de reacciones en el ámbito político nacional. Una de las voces más críticas fue la de Ángela Benedetti, exembajadora y dirigente política, quien desde su cuenta oficial en la red social X no dudó en lanzar duras afirmaciones contra Sarabia, a quien calificó como “la hormiguita codiciosa”.
En su mensaje, Benedetti aseguró que la salida de Sarabia no fue una decisión espontánea ni parte de un simple remezón en el Gobierno, como lo han querido mostrar algunos analistas. “La cogieron con las manos en la masa”, escribió, sugiriendo que detrás de la renuncia hubo hechos comprometedores que forzaron su retiro. Afirmó que se trató de un despido motivado por presuntos actos de codicia y manejo indebido de poder dentro del Ejecutivo. “Como se lo merecía desde hace rato”, remató la exdiplomática.
La renuncia de Sarabia fue oficializada la noche del jueves 4 de julio, luego de semanas de creciente presión política y mediática por múltiples escándalos que rodeaban su gestión. Entre los antecedentes más relevantes figura su presunta implicación en irregularidades administrativas dentro del DAPRE y su cercanía con figuras investigadas por contratos cuestionables. Además, algunos sectores del Congreso han señalado a Sarabia por su participación en el manejo opaco de recursos y posibles alianzas burocráticas con sectores tradicionales.
También se ha mencionado su presunta participación en decisiones que generaron divisiones internas dentro del Gobierno del presidente Gustavo Petro, lo que habría deteriorado la confianza en su papel como una de las figuras más influyentes del Ejecutivo.
Hasta el momento, ni Sarabia ni la Casa de Nariño han ofrecido declaraciones detalladas sobre los motivos exactos de la renuncia. Sin embargo, voces como la de Ángela Benedetti reafirman la tesis de que su salida fue provocada por hechos graves que no podían ser ignorados por la administración.
Esta situación marca un nuevo capítulo en la crisis de gobernabilidad que enfrenta el Gobierno Petro, que deberá recomponer su equipo cercano en medio de tensiones políticas y crecientes cuestionamientos desde la oposición y la opinión pública.