Violencia en Calamar, Guaviare: motobomba deja dos soldados heridos y revive el temor en una comunidad golpeada por el conflicto

El eco de una explosión interrumpió la calma en Calamar, Guaviare, en la mañana de este viernes. Una motocicleta cargada con explosivos fue detonada a distancia cerca de un parque infantil, dejando a dos soldados heridos y un pueblo entero sacudido por el miedo.

Las víctimas, miembros del Ejército que patrullaban el área, fueron alcanzadas por la onda explosiva y trasladadas de inmediato a un centro médico. Aunque su condición es estable, el mensaje del atentado va más allá del daño físico: apunta directamente al corazón de una comunidad que aún no se recupera del horror vivido días atrás.

Esta semana, en este mismo municipio selvático, fue hallada una fosa común con ocho cuerpos. Según las autoridades, se trata de líderes sociales y religiosos que habrían sido asesinados por grupos armados ilegales. El hallazgo provocó una marcha espontánea de rechazo en las calles de Calamar, donde la población exigía paz, memoria y protección.

Las autoridades señalan a las disidencias de las FARC, comandadas por alias ‘Iván Mordisco’ y ‘Calarcá’, como responsables del atentado. Estos grupos se disputan ferozmente el control territorial del Guaviare, una región históricamente marcada por el conflicto armado, el narcotráfico y la débil presencia estatal.

El atentado no solo dejó a dos uniformados heridos: también causó destrozos en un restaurante y dañó la fachada de un hotel cercano. Sin embargo, el impacto más profundo no se mide en vidrios rotos o muros agrietados, sino en el temor que vuelve a instalarse entre los habitantes de Calamar.

A solo dos horas de San José del Guaviare, esta población había logrado mantener cierta estabilidad en los últimos años. Hoy, sin embargo, los recientes hechos reavivan viejas heridas y exigen respuestas claras del Estado frente a una violencia que parece no dar tregua.