Explota motobomba en Calamar y deja cinco heridos: comunidad entre el miedo y el abandono

Municipio de Calamar, Guaviare // Foto: Facebook.

El atentado con explosivos dejó varios militares y civiles heridos en una zona golpeada por masacres, confinamientos y la presencia de grupos armados ilegales. El alcalde denuncia abandono del Estado.

La violencia volvió a estremecer el municipio de Calamar, en el departamento de Guaviare, tras la detonación de una motobomba en pleno casco urbano. El hecho ocurrió la mañana de este jueves 4 de julio, cuando una patrulla del Ejército Nacional transitaba por el sector y fue sorprendida por una motocicleta cargada con explosivos, dejando al menos cinco personas heridas, entre ellas militares y civiles, según confirmó la Policía del Guaviare.

El atentado, que se suma a una serie de hechos violentos recientes en la región, intensifica el ambiente de tensión e inseguridad que se vive en este municipio selvático. Las autoridades adelantan investigaciones para identificar a los responsables, en un contexto donde la presencia de grupos armados ilegales ha generado una crisis humanitaria sin precedentes.

Calamar es uno de los cuatro municipios del Guaviare donde hacen presencia estructuras como las disidencias de las FARC, tanto las comandadas por Iván Mordisco como, posiblemente, por la Segunda Marquetalia. Esta realidad ha sumido a sus habitantes en una constante zozobra. “Tuvimos ocho días de confinamiento hace menos de una semana. La gente aguantó hambre. Hoy parecemos pueblos fantasmas”, denunció el alcalde Farid Camilo Castaño García en una entrevista radial.

El mandatario recordó que recientemente la comunidad marchó por la paz tras la masacre de ocho líderes religiosos y comunitarios, cuyos cuerpos fueron hallados en una fosa común, luego de meses de desaparición. Entre las víctimas se encontraban un presidente de junta de acción comunal, un pastor evangélico, una líder de madres de familia, un ganadero, dos personas afrodescendientes y otros miembros activos de la comunidad.

Aunque se presume que detrás del atentado y la masacre podrían estar las disidencias armadas, el alcalde advirtió que no hay certezas sobre los autores de los crímenes. Sin embargo, fue enfático al señalar el abandono institucional por parte del Gobierno Nacional y el fortalecimiento de estos grupos ilegales ante la ausencia del Estado.

Necesitamos que Dios toque los corazones de los grupos armados y del Gobierno”, expresó Castaño con vehemencia, al tiempo que hizo un llamado a la solidaridad nacional e internacional para proteger a la población civil. El mandatario reiteró su convocatoria a una nueva marcha pacífica por la vida, en medio de un clamor general por garantías de seguridad, justicia y dignidad para las víctimas y sus familias.

Y.A.