Con sentencias que oscilan entre los 12 y 16 años de cárcel, la justicia colombiana ha dado un paso en el esclarecimiento de dos crímenes que conmocionaron a la comunidad LGBTIQ+ en Antioquia. Se trata de los asesinatos del profesor universitario Mateo Jaramillo Naranjo en Medellín y de la activista Karis Saldarriaga en Caldas.
Ambos casos fueron investigados por la Unidad Especial de Investigación (UEI) de la Fiscalía, y los responsables aceptaron su culpa mediante preacuerdos judiciales.
Un educador silenciado en Medellín
El 17 de enero, Mateo Jaramillo fue hallado sin vida en su apartamento en Laureles. Era un reconocido docente universitario y defensor de los derechos LGBTIQ+. Según la Fiscalía, Daniel González Cano y Yoimar Blandón Córdoba lo redujeron, golpearon brutalmente y lo asfixiaron. El cuerpo presentaba múltiples signos de violencia.
Tras el crimen, los agresores robaron pertenencias del profesor, incluyendo tarjetas bancarias, con las que realizaron transacciones ilícitas. Aunque no aceptaron cargos por hurto, ese delito continúa siendo investigado.
Ambos fueron condenados a 16 años y 8 meses de prisión por homicidio agravado.
El asesinato de una activista en Caldas
En octubre de 2024, Karis Saldarriaga, reconocida por su liderazgo comunitario y trabajo con población diversa, fue asesinada en su residencia. El agresor, Diego Alexander Becerra Rave, discutió con ella antes de atacarla con arma blanca.
El crimen fue alertado por vecinos que oyeron gritos desesperados. La Policía llegó al lugar, pero ya era tarde. Becerra Rave aceptó su responsabilidad y fue condenado a 12 años de prisión por homicidio simple.


Un mensaje claro contra el odio
Estos fallos judiciales envían un mensaje claro: la violencia por prejuicio no puede quedar impune. La Fiscalía recordó que estos crímenes no solo afectan a las víctimas directas, sino que generan temor en comunidades históricamente discriminadas.
Organizaciones defensoras de derechos humanos celebraron las condenas, pero advirtieron que la protección efectiva de personas LGBTIQ+ aún está lejos de ser una realidad en Colombia.
“Cada crimen por odio deja cicatrices en toda una comunidad. El Estado debe garantizar no solo justicia, sino prevención”, expresó un portavoz de Colombia Diversa.
Mientras tanto, familiares y colegas de Mateo y Karis los recuerdan como personas que lucharon por la igualdad, la dignidad y el respeto. Hoy, su legado se mantiene vivo, a pesar de la violencia que intentó silenciar sus voces.