A los 93 años, la fundadora de Solidaridad por Colombia partió tras una vida dedicada al servicio comunitario, mientras su familia enfrenta el atentado sufrido por el senador del Centro Democrático.
El viernes 28 de junio por la noche, la ex primera dama Nydia Quintero fue internada en la Fundación Santa Fe de Bogotá debido a una severa afección respiratoria. A sus 93 años, la icónica defensora de los más necesitados ingresó bajo observación intensiva, agravando la preocupación de una familia ya golpeada por la violencia política.
Su nieta, María Carolina Hoyos, confirmó la noticia y describió el momento como “el corazón partido entre dos habitaciones de la Fundación Santa Fe”, una al lado de su hermano, el senador y precandidato del Centro Democrático, y la otra al lado de la matriarca que no conocería jamás la magnitud del atentado ocurrido el pasado 7 de junio en el occidente de Bogotá.
La mañana del lunes 30 de junio, María Carolina Hoyos compartió en sus redes sociales un mensaje conmovedor: “Mamita… vuela alto y en paz. Hoy el cielo recibe a una gigante: la dama de la solidaridad. Gracias por ser mi refugio cuando perdí a la mía. Descansa en paz, mami. Tu misión fue cumplida con amor.”
Mamita… vuela alto y en paz. 🕊️
Hoy el cielo recibe a una gigante: la dama de la solidaridad.
Gracias por ser mi mamá de la vida, mi refugio cuando perdí a la mía.
Descansa en paz, mami.
Tu misión fue cumplida con amor.#NydiaQuinteroTurbay #SolidaridadporColombia pic.twitter.com/rlwaRdoQoP— Ma. Carolina Hoyos T (@MCarolinaHoyosT) June 30, 2025
Estas palabras resonaron en miles de seguidores que durante semanas habían acompañado la recuperación de su tío, el ex agregado policial Carlos Feria, y el complicado estado de salud de la patriarca, creadora de un legado que transformó la ayuda en amor colectivo.
El domingo en horas de la tarde, frente a la entrada principal de la fundación, se llevó a cabo una jornada de oración liderada por la Fundación Solidaridad por Colombia, entidad que Nydia Quintero fundó en 1975 junto a su hija Diana Turbay Quintero. Voluntarios, beneficiarios y personal médico se unieron para elevar plegarias por la salud de la ex primera dama, un acto que se transformó en homenaje póstumo tras confirmarse su fallecimiento en la madrugada del lunes.
“Hoy despedimos a una mujer excepcional, que dedicó su vida a servir a los demás, a tender la mano a quienes más lo necesitaban”, señaló el comunicado oficial de la organización.
Fundada con el propósito de apoyar a comunidades vulnerables en alimentación, educación y fortalecimiento de redes familiares, la Fundación Solidaridad por Colombia se convirtió en pieza clave del tejido social colombiano.
Bajo la dirección de Nydia, cada año se realizaba la Caminata de la Solidaridad, un evento multitudinario para recolectar fondos destinados a proyectos comunitarios en zonas afectadas por desastres naturales y violencia.
Tras 41 años al frente, la ex primera dama dejó la dirección el 28 de agosto de 2016 y cedió el relevo a su nieta, quien hoy lleva adelante la misión de honrar su legado.

En su comunicado de despedida, la Fundación Solidaridad por Colombia exhortó a no dejar morir la visión de Nydia Quintero: “Pequeños actos de solidaridad en millones de personas pueden transformar el mundo”, recordaron.
Este llamado cobra especial relevancia en un país marcado por la desigualdad y la polarización política, donde la ayuda comunitaria y el servicio desinteresado se convierten en puentes de reconciliación. La frase de la ex primera dama, convertida en lema de la organización, revive ahora con más urgencia en un escenario de retos sociales y económicos.
La vida de Nydia Quintero comenzó el 22 de octubre de 1931 en Neiva, Huila. Hija de una familia de tradiciones liberales, contrajo nupcias el 1.º de julio de 1948 con su tío, Julio César Turbay Ayala, un prominente líder del Partido Liberal que más tarde sería presidente de la República.
Juntos tuvieron cuatro hijos: Julio César, Diana Consuelo, Claudia y María Victoria. Su rol como primera dama, a partir del 7 de agosto de 1978, estuvo marcado por iniciativas sociales pioneras, muchas de las cuales sentaron las bases de su posterior fundación.
Además de su destacada labor institucional, la ex primera dama enfrentó tragedias familiares. En 1991, la muerte de su hija Diana Turbay Quintero, víctima de un secuestro, marcó un antes y un después. Fue entonces cuando Nydia se convirtió en tutora de sus nietos, entre ellos Miguel Uribe Turbay, que entonces tenía apenas cuatro años.
Esta experiencia personal cimentó su compromiso con la resiliencia y la protección de la infancia, e inspiró programas de apoyo psicosocial para niños víctimas del conflicto colombiano.
A lo largo de su trayectoria, Nydia Quintero recibió múltiples reconocimientos. En 1979 fue condecorada como dama gran cruz de la Orden de Isabel la Católica en España, y en 2018 obtuvo el premio de Oro a la Mujer Cafam.
En 1981, un colegio público adoptó su nombre por resolución del Ministerio de Educación, perpetuando su ejemplo en futuras generaciones. Estos galardones reflejan el impacto de una vida dedicada a transformar la solidaridad en un motor de cambio social.
El 7 de junio de 2025, un ataque criminal dejó gravemente herido a su nieto, el senador Miguel Uribe Turbay, quien lucha por su vida tras recibir múltiples impactos de bala en el occidente de Bogotá.
La familia, temerosa por el estado de salud de Nydia, optó por reservarle los detalles del atentado, decisión que hoy pesa como una segunda pérdida: la de no haber podido compartir con su matriarca la verdad sobre la violencia que sacude los pasillos de la política colombiana.
Hoy, mientras los colombianos dan el último adiós a una de las mujeres más influyentes del siglo XX, la familia Turbay Quintero enfrenta de nuevo el dolor y la incertidumbre.
La resiliencia que transmitió Nydia a sus seres queridos se convierte en la esperanza que permitirá al senador Miguel Uribe Turbay recuperar su salud y continuar el camino político que su abuela siempre apoyó. En este contexto, el país se une en un deseo de paz y solidaridad, valores que la ex primera dama defendió con pasión.
El legado de Nydia Quintero perdurará en cada acción de la Fundación Solidaridad por Colombia, en la historia de quienes recibieron un plato de comida en momentos de crisis, en la educación de miles de niños y en la memoria de un país que supo reconocer en ella la encarnación de la solidaridad.
Al despedirse de “la dama de la solidaridad”, como la llamaban cariñosamente, Colombia reafirma su compromiso de mantener vivo el espíritu de servicio y esperanza que tan magistralmente supo inspirar.