Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Seguramente muy pocos de nosotros sabemos algo sobre este monumento o memorial que existe en África. Tenía un deseo enorme de contar esto porque nos graduamos en la única universidad africana que diría que todavía existe en Rusia. Al menos ahora la situación de esta institución educativa tiene otra orientación académica, completamente diferente al original con la que se fundó.
En las afueras de Dakar, Senegal, una escultura monumental sostiene la memoria y la dignidad del continente africano, inmortalizando su historia y la resiliencia de sus habitantes originales. El Monumento al Renacimiento Africano es la escultura más impresionante del continente. Un símbolo monumental de orgullo, resiliencia y visión de futuro para África y su diáspora.
Lo que se muestra es absolutamente impactante y va más allá de todas las posibilidades de expresión artística. Un hombre y una mujer que vuelan ligero mientras a su lado, un niño que extiende su mano, mostrando lo que es el mar, como señal de alarma para quienes viven al otro lado del océano, en la diáspora que heredó la tragedia de la esclavitud transatlántica. Miran juntos hacia el futuro desde lo alto de la colina de “Mamelles”, como la única entidad que los une por un objetivo común.
La historia del monumento es también la historia de Senegal y de toda África. Fue iniciativa del entonces presidente Abdoulaye Wade, quien soñó con un símbolo capaz de anunciar al mundo que África estaba lista para un renacimiento, o un nuevo nacimiento que nace de la lucha contra el colonialismo existente, la esclavitud y el saqueo, y que mira al futuro con dignidad. Así, en el 2010, en el 50 aniversario de la independencia del país, tuvo lugar la gran inauguración de esta colosal estructura, de 49 metros de altura. Fue realizado con láminas de cobre y erigido por manos senegalesas en colaboración con especialistas internacionales. (rusos y latinoamericanos entre ellos).
En resumen, habiendo tenido la oportunidad de estudiar con muchos colegas de África y comprender profundamente sus capacidades y necesidades, se hace urgente y casi imperativo para nosotros volver a las raíces y desarraigar la esencia del valor de lo que es la expresión de un pueblo, sus tradiciones, su esencia genética y la urgencia de que todo como tal sea aceptado y apreciado en el mundo. Ya no pueden ser meros fragmentos de recuerdos, sino que de una vez por todas, exista sobre la base del principio de igualdad y cooperación; que no sean los sistemas económicos los que dicten el procedimiento para establecer la amistad con los pueblos hermanos, sino la urgente necesidad de caminar juntos en este mundo purulento. La amistad en general es un concepto muy complejo y multifacético para aceptarlo de inmediato…