La capital del Magdalena enfrenta una crisis sanitaria sin precedentes: el sistema de alcantarillado ha colapsado a tal punto que incluso la sede de la Alcaldía Distrital se ha visto afectada por el rebose de aguas residuales. Empleados y ciudadanos que acudían este viernes al edificio gubernamental fueron sorprendidos por el mal olor y el agua estancada en los alrededores.
Lo que en principio parecía una situación común en barrios periféricos, ahora se presenta en pleno centro administrativo de la ciudad, dejando en evidencia la gravedad del problema de infraestructura y la falta de mantenimiento del sistema de saneamiento básico.
“Esto es una vergüenza. Ya ni siquiera frente a la Alcaldía se puede caminar sin esquivar aguas negras”, expresó una funcionaria del área de atención al ciudadano. El incidente se suma a una larga lista de quejas de la comunidad por los constantes rebosamientos en sectores como El Pando, María Eugenia y Bastidas.
Expertos advierten que el deterioro de la red de alcantarillado, sumado a la falta de inversión en estaciones de bombeo, está provocando una emergencia ambiental y sanitaria que podría agravarse con la llegada de las lluvias. Las autoridades aún no se han pronunciado oficialmente sobre el episodio frente a la Alcaldía.
Mientras tanto, la ciudadanía exige acciones inmediatas y soluciones estructurales. “Si en la misma sede del gobierno local no pueden contener las aguas residuales, ¿qué podemos esperar en los barrios más olvidados?”, se preguntó indignado un residente del barrio Pescaíto.