*La directora ejecutiva de la fundación nu3, explicó a Diario La Libertad el modelo integral con el que esta organización ha impactado a más de 162.000 personas en todo el país.
Pie de foto: Paola Dávila-Pestana Porto directora ejecutiva de la fundación nu3 y Luz Marina Esper, directora del grupo de medios La Libertad.
Con una trayectoria de dos décadas, la Fundación nu3 se ha consolidado como un referente de intervención social integral en Colombia. Desde su sede en Barranquilla, esta organización liderada por Paola Dávila-Pestana Porto trabaja en la transformación de comunidades vulnerables a través de un modelo 360° que articula nutrición, educación integral, salud emocional, empleabilidad, emprendimiento y sostenibilidad ambiental.
“Hemos aprendido que para transformar una comunidad primero hay que sanar el corazón. Una madre con amor propio y seguridad puede presentarse a una entrevista de trabajo con firmeza, porque se valora, se conoce, se respeta. Esa es la base de nuestro modelo: restaurar desde el alma para construir desde lo social”, afirmó Dávila-Pestana.
Centros de escucha, rutas de acción y sostenibilidad real
Nu3 ha establecido centros de escucha comunitarios donde las familias pueden expresar sus necesidades y dolores. A partir de esa escucha activa, se trazan rutas de acción: una de empleabilidad y otra de emprendimiento. La primera prepara a los beneficiarios para acceder al mercado laboral mediante acompañamiento psicosocial, capacitación en habilidades blandas y fortalecimiento emocional. La segunda identifica ideas de negocio viables para el territorio y las potencia con formación y acompañamiento técnico.
“No se trata solo de emprender por emprender. Hay que entender qué necesita el territorio. No fomentamos negocios que no sean sostenibles. Trabajamos con enfoque de pertinencia territorial”, explicó la directora ejecutiva.
En el marco del Mes de la Sostenibilidad, nu3 anunció que avanza en su proceso de certificación en sostenibilidad con la firma internacional APPLUS+. Su sede social ya cuenta con 400 paneles solares, y todas sus unidades de negocio aplican principios de economía circular y responsabilidad ambiental.
Un modelo replicable, autosostenible y medible
Nu3 no solo diseña soluciones, también las mide. El modelo de intervención cuenta con indicadores que permiten hacer seguimiento al progreso emocional, socioeconómico y alimentario de cada familia atendida. En palabras de su directora ejecutiva: “No podemos hablar de sostenibilidad si no sabemos cómo medir lo que hacemos. Nuestros indicadores nos dicen cuánto hemos sanado, cuánto hemos nutrido, cuánto hemos empoderado”.
La fundación ha sido operadora del ICBF durante nueve años y ha intervenido en departamentos como La Guajira, Chocó, Guainía, Córdoba y Atlántico. Hoy aspira a replicar su modelo como franquicia social en otras ciudades de Colombia y en países de América Latina.
Economía solidaria con propósito social
Para sostener su operación, nu3 cuenta con unidades de negocio como una panadería social, un taller de confección para madres cabeza de hogar, un servicio de catering y un outlet de ropa a bajo costo. Los excedentes se reinvierten en los Centros Integrales ubicados en diferentes puntos de la ciudad.
“No somos una empresa social dependiente de un empresario o grupo económico. Somos una fundación transparente, de corazón, que cree en el poder de la comunidad. Todo lo que entra, vuelve a las familias”, enfatizó la directora.
Articulación con el sector público y privado
Actualmente, nu3 trabaja de la mano con la Alcaldía de Barranquilla, especialmente en la operación de los centros de vida para adultos mayores. Además, mantiene alianzas con fundaciones especializadas y busca consolidar una propuesta unificada para empresas con enfoque de responsabilidad social.
“Muchas empresas apoyan mil causas y terminan sin saber qué impacto generan. Nosotros les ofrecemos un modelo integral: nutrición, empleabilidad, educación y sostenibilidad en un solo paquete. Es fácil medir resultados, es fácil transformar”, destacó.
El migrante: un amigo más del territorio
nu3 ha adoptado una posición firme frente a la inclusión: los migrantes no son atendidos como extraños, sino como parte activa de las comunidades. “Decidimos dejar de llamarlos migrantes. Son un amigo más. Hay que acabar con esa barrera invisible que separa. En nuestros proyectos caben todos”, declaró Dávila.
Una invitación a sanar, servir y sumar
Desde sus centros de escucha, la fundación ha identificado que muchas mujeres enfrentan heridas emocionales profundas. Algunas han sido víctimas de abuso o violencia, y muchas repiten patrones de maltrato.
“El dolor se puede convertir en un superpoder. Si fuiste abusada, si sufriste, conviértelo en tu fuerza. Eso te hace levantarte, capacitarte, trabajar y sonreírle otra vez a la vida. No es válido no levantarse. Hoy tienen las herramientas”, concluyó emocionada.
La Fundación nu3 sigue apostando por la dignidad, la autonomía y el afecto como pilares de transformación social. Porque como dijo su directora, “si una madre está bien del corazón, todo lo demás empieza a sanar”.