El caso mantiene en vilo a Norte de Santander. Las autoridades no han dado declaraciones oficiales y crecen las preocupaciones por un posible cruce hacia Venezuela.
El ambiente en Los Patios, Norte de Santander, es de angustia e incertidumbre tras el secuestro de Yuliana Lindarte Rolón, una joven de 20 años e hija de un empresario minero, quien fue raptada por hombres armados el pasado domingo a las 11:25 a. m. en la vereda La Mutis.
La zona, caracterizada por granjas y casas campestres, se convirtió en escenario de una escena desgarradora que quedó registrada en video: dos hombres con armas largas obligaron a Yuliana a salir desde el segundo piso de la vivienda familiar, mientras ella, entre lágrimas, era empujada hacia una camioneta Toyota TXL blanca de placas IEQ-456.
La grabación fue difundida este lunes y ha generado conmoción entre la ciudadanía. El hermetismo de las autoridades genera aún más preocupación. Hasta ahora no hay pronunciamiento oficial ni confirmación sobre qué grupo armado estaría detrás del hecho ni si ha existido algún contacto con la familia.
Aunque el Gaula de la Policía y del Ejército adelanta operativos de búsqueda, no se han revelado detalles de las acciones. Una de las hipótesis más temidas apunta a que los secuestradores podrían haber cruzado con Yuliana a territorio venezolano a través de una trocha.
Un patrón preocupante
El caso de Yuliana Lindarte se suma a otros secuestros recientes en el área metropolitana de Cúcuta. A pocos días de cumplirse dos meses del rapto del empresario Gonzalo Enrique Arenas, persiste la hipótesis de que el ELN está detrás de su desaparición. Arenas fue interceptado en la vía a San Faustino mientras se desplazaba con su padre.
Asimismo, el Frente Camilo Torres del ELN se atribuyó el secuestro de los soldados Julián Reinel Sáenz y Yilmer Andrés Coral, desaparecidos el 9 de abril en inmediaciones de la cárcel Modelo de Cúcuta mientras realizaban labores contra la extorsión.
Durante su reciente visita a la ciudad, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, manifestó preocupación por el aumento de los secuestros en la región. La ciudadanía exige acciones concretas para garantizar la seguridad y la pronta liberación de los retenidos.
Mientras tanto, la imagen de Yuliana corriendo forzada hacia una camioneta, con armas a su espalda y lágrimas en el rostro, permanece como símbolo de una situación que exige respuestas urgentes.