El diputado del Atlántico, Carlos Rojano Llinás, hizo un llamado urgente a las autoridades para que adopten acciones inmediatas y efectivas ante el paro de motocarristas y la escalada de violencia que afecta al departamento.
La situación de inseguridad en el departamento del Atlántico continúa agravándose, tras la decisión de los transportadores de motocarros de suspender sus actividades desde el pasado fin de semana. Esta medida fue tomada luego de que una banda delincuencial los declarara “objetivo militar” si no acataban el llamado a un supuesto paro armado.
Ante este panorama, el diputado del Atlántico, Carlos Rojano Llinás, expresó su profunda preocupación y lanzó un llamado urgente a las autoridades para que adopten acciones efectivas e inmediatas frente a esta escalada de violencia que golpea a los ciudadanos y al sector del transporte informal.
«Lo que está sucediendo es sumamente grave. A pesar del respaldo que la Asamblea ha brindado a las fuerzas militares y de policía para reforzar la seguridad, los resultados no han sido suficientes para frenar esta escalada de violencia», manifestó Rojano en declaraciones a los medios.
El diputado insistió en que esta crisis no se resuelve con simples reuniones o consejos de seguridad. “No basta con una reunión. Instamos a que las autoridades sean eficientes y actúen con contundencia; esta problemática puede desencadenar una crisis de seguridad sin reversa”, advirtió con firmeza.
La suspensión de actividades de los motocarristas está afectando la movilidad en varias zonas del departamento y ha generado un ambiente de temor entre la población. Además, preocupa el hecho de que las amenazas y la extorsión de grupos criminales estén logrando paralizar sectores económicos esenciales.
Frente a este contexto, la Asamblea del Atlántico ha reiterado su apoyo a las fuerzas militares y de policía, pero los llamados de Rojano subrayan la necesidad de implementar estrategias más contundentes y coordinadas para garantizar la seguridad ciudadana.
La advertencia del diputado pone en evidencia el riesgo latente de que la actual situación derive en una crisis más profunda si no se actúa de inmediato. El llamado es claro: se requiere de una respuesta institucional firme y eficaz para restablecer el orden y devolver la tranquilidad a los habitantes del Atlántico.
Y.A.
