Balas verbales y letales. Y Miguel en la clínica. pic.twitter.com/nKIojdCdq8
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) June 23, 2025
El expresidente advirtió que la presencia de líderes armados en la tarima del presidente envía un mensaje de “exaltación de criminales” e implica amenazas contra la institucionalidad y la seguridad de Medellín.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez lanzó una dura crítica contra el presidente Gustavo Petro, luego de que este permitiera la presencia y el uso de la palabra por parte de líderes de organizaciones armadas ilegales durante un acto realizado en el centro administrativo La Alpujarra en Medellín el pasado 21 de junio.
A través de su cuenta de X, Uribe publicó un video titulado “Balas verbales y letales. Y Miguel en la clínica”, donde leyó una columna en la que advierte que este tipo de mensajes pueden convertirse en amenazas directas contra las instituciones y la seguridad de los ciudadanos.
“Las balas verbales se convierten en balas letales en un momento de la patria en que las instituciones están amenazadas y las vidas acechadas y en peligro”, expresó Uribe, quien además hizo referencia al atentado sufrido por el senador Miguel Uribe Turbay: “Tenemos un héroe en un hospital, Miguel. Y muchos colombianos siguen muriendo o tienen que huir”.
Balas verbales y letales. Y Miguel en la clínica.
Las balas verbales se convierten en balas físicas en un momento de la patria en que las instituciones están amenazadas y las vidas acechadas y en peligro.
Tenemos un héroe en un hospital, y muchos colombianos siguen muriendo o…
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) June 23, 2025
El exmandatario consideró que al ofrecerles visibilidad a quienes han cometido crímenes atroces, el Gobierno transmite el mensaje de que “el crimen es válido” y que “Colombia no puede seguir el camino de confundir la paz y el perdón con la exaltación de criminales”.
Además, Uribe aprovechó para destacar aspectos de su propia gestión (2002-2010), subrayando que durante su presidencia mantuvo canales de diálogo con la oposición y que trabajó en garantizar la protección de sindicalistas. Reconoció también los errores de su lenguaje en confrontaciones pasadas con Petro, pero recordó que tuvo relaciones respetuosas con figuras como Antanas Mockus, Carlos Gaviria, Horacio Serpa, Antonio Navarro y Sergio Fajardo.
En su mensaje, también tocó el tema de los falsos positivos, reconociendo el dolor causado por estos hechos: “He dado la cara con dolor a los falsos positivos, bandera de mis agresores, con lo que han querido ocultar los resultados de la Seguridad Democrática”.
El expresidente alertó además sobre lo que considera una amenaza implícita contra el actual alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y los concejales de la ciudad: “No podemos aceptar la amenaza implícita al alcalde de Medellín, doctor Federico Gutiérrez, o a los concejales de la ciudad. El Gobierno atenta contra la unidad nacional, hace daño a algunas regiones y a otras que dice favorecer tampoco les hace bien. Nos toca defender a cada región de la patria. Hoy Antioquia agredida, mañana a cualquier otra”.
Por su parte, el alcalde Federico ‘Fico’ Gutiérrez ya había manifestado su rechazo a la acción del presidente. En un video publicado en sus redes sociales, señaló: “Petro nos puso la lápida. Lo que hizo ayer en Medellín, sacando de la cárcel a los peores criminales, poniéndolos no solo a su lado, sino poniéndose de su lado, no es un acto político, sino un premio a la barbarie”.
Según el alcalde, la liberación temporal de los criminales desde la cárcel de Itagüí hasta la tarima en el centro de Medellín constituye un reconocimiento a autores de homicidios, desapariciones y extorsiones en Medellín.
Además, Gutiérrez subrayó el impacto que estas decisiones tienen sobre las víctimas: “A quienes cobran la extorsión todos los días. A la gente trabajadora en Medellín, a quienes desplazan, a quienes reclutan a niños y a niñas. Ya sabemos del lado de quién está Petro”.
Tanto Uribe como Gutiérrez coinciden en que este episodio supone un grave retroceso en la lucha contra el crimen organizado en Antioquia y podría desestabilizar la convivencia ciudadana en Medellín. La controversia se suma a un ambiente político tenso y a crecientes cuestionamientos sobre la estrategia de seguridad del actual Gobierno.
Y.A.