Secuestrados en su propio país: 31 soldados retenidos en El Tambo, Cauca

En Colombia, los soldados ya no solo enfrentan a los grupos armados. Ahora, también quedan atrapados entre el fuego cruzado del miedo, la presión social y la indiferencia institucional.

Lo que comenzó como una denuncia por la retención de cuatro militares en el municipio de El Tambo, Cauca, terminó revelando una realidad mucho más alarmante: 31 uniformados del Ejército Nacional —29 soldados y 2 suboficiales— se encuentran secuestrados por civiles, presuntamente instrumentalizados por la disidencia de las FARC conocida como estructura Carlos Patiño.

Los hechos ocurrieron en el corregimiento de El Plateado, donde los militares fueron rodeados por cerca de 200 personas en una asonada organizada —según las autoridades— bajo amenazas y presiones de los grupos armados ilegales. Cuatro uniformados fueron retenidos en el polideportivo del pueblo, y el resto permanece cercado en las afueras del caserío, sin posibilidad de retirarse.

El general Luis Emilio Cardozo, comandante del Ejército Nacional, fue enfático: “Exijo la liberación inmediata de nuestros hombres”, y denunció que los grupos armados están utilizando a la población civil como escudos humanos para frenar las operaciones militares en la zona.

Mientras tanto, los soldados, enviados a cumplir su deber constitucional, hoy están aislados, acorralados y expuestos. Y Colombia, una vez más, parece mirar hacia otro lado.

Esta situación, lejos de ser un hecho aislado, es otra evidencia del control territorial que mantienen las disidencias en varias regiones del país. ¿Dónde está el Estado? ¿Dónde está la protección a los propios hombres que lo representan?

El silencio duele. Pero la inacción, mucho más.