Jacobo Solano Cerchiaro
@JACOBOSOLANOC
Emilio Tapia busca unir dos clanes en Córdoba para sacar a la senadora más votada del país. Ayer, en Montería, en el marco de la feria de la ganadería, se dio el evento del año: Emilio Tapia le hizo una mega fiesta (700 millones) a la representante Saray Robayo Bechara para presentar su candidatura al Senado por el partido de La U. Abro hilo 🧵 para darles detalles de la fiesta, donde asistió la crema y nata de Montería, así como la fauna política que comienza a buscar la sombra del corrupto de los corruptos, que piensa agrupar dos clanes para sacar a la senadora más votada de Colombia..
Emilio Tapia es novio de Saray Robayo Bechara, quien agrupa dos poderosos clanes políticos en Córdoba: los Bechara y los Besaile. Fuentes cercanas aseguran que cuenta con 50.000 millones para impulsar a su novia con el propósito de que sea la senadora más votada del país, con 200.000 votos; incluso, en la mesa había una torta decorada con esa cifra. Tocaron varios grupos vallenatos: Los de Juancho, Rafael Manjarrez, El Curry Carrascal, la banda de San Pelayo y el cantante preferido de Saray, Iván Villazón. Saludos iban, saludos venían para la futura senadora y, por supuesto, para Emilio.
Tapia, con esta jugada, busca asegurarse el poder en la próxima legislatura con la senadora más votada del país para tener fuerza y mando en el Congreso.
Este hombre, que se reinventa cada vez, es quizás el corrupto más sagaz que ha tenido Colombia y está preparando un arsenal con baterías bien posicionadas para armar una estructura con varios apoyos en la Costa, especialmente en el Cesar y en Bolívar, donde tiene contratos y amigos. En las elecciones anteriores, Saray Robayo Bechara, con solo 27 años y siendo su primer cargo de elección popular, con el fortín político de los Bechara y Besaile, sacó 116 mil votos, principalmente en Montería, Cereté y Sahagún, el reino del Ñoño Elías, coronándose como la congresista más votada de Córdoba.
¿Qué papel juega el Gobernador?
Al Gobernador Erasmo Zuleta Bechara le sirve porque quedaría con dos senadores: el de su prima Saray Robayo Bechara y el de Edwin Besaile, su cuñado. Hay que recordar que Rosanna Zuleta está casada con Edwin Besaile, hermano de Musa Besaile, condenado por corrupción. Edwin Besaile fue investigado por los delitos de peculado por apropiación y concierto para delinquir. A inicios de 2024, también fue imputado por presunto enriquecimiento ilícito. Erasmo Zuleta sabe que Emilio no le da miedo gastar en campaña y eso constituye una garantía de éxito.
Saray Robayo Bechara es una candidata muy fuerte por su carisma, no tanto por su estructura intelectual. Fue concursante en el Reinado Nacional de la Belleza en 2018 y su única experiencia en el ejecutivo había sido en el despacho del Ministerio del Interior de Daniel Palacios como su secretaria ejecutiva. Hoy, Palacios se lanza como candidato presidencial y, a través de Saray, estaría buscando también el apoyo de Emilio Tapia. Por qué será que todos quieren con Tapia?. Si bien el paso de Saray por la Cámara de Representantes no ha sido una gran gestión parlamentaria, pero se ha mostrado y ha logrado debates interesantes.
La guerra en el clan Bechara
La familia Bechara es conocida por su influencia política en el departamento. Es dueña de la Universidad del Sinú, fundada por el abuelo, Elías Bechara Zainúm, quien prácticamente les escrituró el claustro universitario. Ahí no se movía una hoja sin la autorización de Mara Bechara, conocida como La Patrona, quien enfrentó un juicio por su participación en un desfalco de plata de regalías en Córdoba durante la gobernación de Alejandro Lyons, en 2013, y que sigue dándose la gran vida en Miami. En 2017 fue detenida y en 2018, ella y su hermana, María Fátima Bechara, fueron dejadas en libertad. Pero hoy las hermanas se odian; Mara, quien perdió el control de la universidad a manos de María Fátima, no quiere que Emilio Tapia se tome el claustro a través de su sobrina Saray Robayo Bechara.
Mientras Samuel Moreno murió, los Nule desaparecieron, Karen Abudinen también, y hasta su antiguos socios, Emilio Tapia, parece estar en su mejor momento. Nada le importa, ni nada lo detiene, ni el cartel de la contratación en Bogotá, ni los centros poblados. Él sigue moviendo sus hilos para seguir penetrando la contratación tanto estatal como regional. Esta vez va por el gran poder del Congreso.