Un sangriento ataque suicida interrumpió una misa en la iglesia cristiana de Mar Elías, ubicada en el sector de Dweileh, en la capital siria. El atentado, perpetrado por un presunto miembro del grupo extremista Estado Islámico (EI), dejó al menos 20 personas muertas y 52 heridas, según cifras oficiales confirmadas por el Ministerio de Salud de Siria.
El agresor ingresó al templo portando un chaleco cargado de explosivos, y antes de detonarlo, abrió fuego contra los feligreses que asistían al servicio religioso. La explosión causó una devastadora escena de pánico y destrucción dentro de la iglesia, que en ese momento se encontraba con una alta afluencia de asistentes.
El Ministerio del Interior sirio señaló que el atacante estaba afiliado a la organización terrorista EI, y confirmó que las autoridades han desplegado equipos de seguridad y forenses en la zona para iniciar una investigación exhaustiva sobre los hechos. Aún se desconoce cómo el hombre logró evadir los controles de seguridad para llegar hasta el interior del templo.
El ministro del Interior, Anas Khattab, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas a través de redes sociales y aseguró que se intensificará la vigilancia en sitios de culto y lugares públicos para prevenir nuevos actos de violencia.
Este ataque representa uno de los más graves cometidos contra una minoría cristiana en la región en los últimos años, y reaviva los temores por el resurgimiento de células activas del Estado Islámico en zonas urbanas de Siria, pese a que el grupo ha perdido gran parte de su territorio desde 2019.
La comunidad internacional ha comenzado a reaccionar con condenas y mensajes de solidaridad, mientras los ciudadanos sirios lamentan una tragedia que una vez más golpea a la población civil en plena celebración religiosa.
