¿Ataque fantasma? El misterio detrás del bombardeo a Fordow

En la noche del 21 de junio, el mundo contuvo la respiración tras los reportes de un supuesto ataque estadounidense a las instalaciones nucleares subterráneas de Fordow, en Irán.

Las redes sociales estallaron, titulares de última hora cruzaron fronteras, y líderes políticos no tardaron en pronunciarse. Pero tres horas después, lo que parecía una contundente operación militar se ha convertido en un rompecabezas lleno de contradicciones y silencios.

🔺 Donald Trump, desde su red social, fue tajante: “Fordow ya no existe”.
🔻 Sin embargo, medios estatales iraníes respondieron rápidamente que el ataque “no causó daños severos”.
🔺 Netanyahu, primer ministro de Israel, felicitó al expresidente estadounidense por la «exitosa operación».
🔻 Pero hasta ahora, no hay imágenes, videos, columnas de humo, ni testigos locales que confirmen una explosión de gran magnitud.

Incluso la agencia iraní IRNA ha citado a residentes de la zona, quienes aseguran que no escucharon ni vieron nada fuera de lo común. Una versión que pone en tela de juicio la narrativa oficial de Washington.

Por su parte, funcionarios estadounidenses consultados por CNN afirman que el ataque fue “limitado” y que no hay planes de futuras ofensivas. ¿Una señal de advertencia con guante blanco? ¿Un acuerdo tácito para marcar límites sin escalar el conflicto?

La falta de evidencias y el tono contenido de ambos bandos alimentan una sospecha creciente: ¿Estamos ante una puesta en escena militar con fines geopolíticos? ¿Un mensaje mutuo para enfriar la tensión sin perder cara ante el mundo?

La pregunta que muchos analistas ya se hacen es inquietante: ¿Hubo realmente un ataque a Fordow, o fuimos testigos de una operación simbólica y consensuada?

Mientras el humo —o su ausencia— se disipa, el mundo espera respuestas. Pero lo que ya está claro es que en el tablero de ajedrez entre Washington y Teherán, no todo lo que parece explotar, realmente explota.