Premian a Atesa por “su compromiso” mientras Santa Marta está sumida en la basura

Mientras en los salones del Congreso de la República se aplaudía y se entregaban medallas, en las calles de Santa Marta los ciudadanos esquivaban bolsas reventadas, desechos acumulados y olores nauseabundos.

La empresa Atesa, encargada de la recolección de residuos en la ciudad, fue condecorada con la Orden al Mérito en grado Comendador, un reconocimiento otorgado por el Congreso por su supuesto “compromiso con el desarrollo, el bienestar y el cuidado del entorno”. Pero ese compromiso, según muchos samarios, solo existe en el papel.

En barrios como Ondas del Caribe, El Rodadero o María Eugenia, el panorama es desolador: montones de basura al sol, moscas, ratas y un servicio que, según denuncias, no responde con la frecuencia ni la eficiencia que promete.

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“¿Cuál desarrollo? ¿Cuál compromiso?”, se preguntó la líder comunitaria Vanesa Peralta en redes sociales. “Vengan al barrio y vean cómo vivimos entre ratas. Este premio es un insulto a la ciudadanía”.

En redes, la noticia fue recibida con indignación, sarcasmo y hastío. Mientras Atesa agradecía la distinción con palabras institucionales, la ciudad continuaba acumulando desechos, y los ciudadanos, frustraciones.

La condecoración, para muchos, confirma una desconexión entre las decisiones del poder central y las condiciones reales que viven las comunidades. El mérito, dicen algunos habitantes, debería otorgarse en las calles, no en el Congreso.