La escena política en Colombia vuelve a encenderse tras una serie de decisiones clave del presidente Gustavo Petro. Luego de lograr la aprobación de su reforma laboral, el mandatario decidió retirar la propuesta de consulta popular, pero sorprendió al anunciar su intención de impulsar una asamblea nacional constituyente.
Este viernes, Petro logró una de sus victorias legislativas más destacadas desde el inicio de su mandato, al conseguir que el Congreso aprobara en sus plenarias la reforma laboral presentada hace dos años. Esta busca restituir derechos a millones de trabajadores colombianos, incluyendo la ampliación de la jornada nocturna desde las 7:00 p.m., mejoras en el pago por trabajo en días no laborales y la obligación de que las plataformas digitales aporten a la seguridad social.
El mismo día en que se cerraba la tercera legislatura, el Congreso logró conciliar el texto entre Cámara y Senado, salvando así una iniciativa que estuvo al borde del fracaso en varias ocasiones.
Cabe recordar que, en un intento por presionar al Congreso, Petro había emitido un decreto para convocar a una consulta popular en agosto, con el fin de que los ciudadanos decidieran sobre el contenido de la reforma. Esta medida fue duramente criticada por la oposición, que la vio como una amenaza a los equilibrios institucionales. Además, la reforma ya había sido rechazada por el Senado en marzo, y la consulta fue archivada por una votación ajustada de 49 contra 47, resultado que el presidente calificó como un «fraude».
A pesar de la controversia, y tras las múltiples demandas contra el decreto —incluida su suspensión por parte del Consejo de Estado—, Petro anunció este viernes en la red social X que, una vez aprobada la reforma, el decreto sería derogado: “Dado que la reforma laboral es ley, derogaré el decreto que convoca la consulta popular, que ya no es necesaria”.
Una nueva controversia: la constituyente
En ese mismo mensaje, el presidente lanzó una nueva propuesta que de inmediato generó reacciones: en las elecciones legislativas de marzo de 2026 se entregaría una papeleta para convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Según Petro, esta iniciativa busca dar un nuevo impulso a transformaciones estructurales en el país.
“El pueblo ha despertado. Ha visto con claridad quién está de su lado y quién le da la espalda. Ahora debe expresarse donde es soberano: en las urnas”, escribió.
La idea de una constituyente no es nueva en su discurso. Petro ha señalado que, aunque la Constitución de 1991 establece un “Estado social de derecho”, muchos actores políticos y judiciales siguen actuando bajo la lógica de la anterior Carta de 1886, que se centraba en el “Estado de derecho”.
No obstante, la propuesta reavivó la controversia constitucional. Desde el Congreso, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, recordó que solo mediante una ley aprobada por mayoría en ambas cámaras se puede convocar una constituyente, tal como lo establece el artículo 376 de la Constitución.
El antecedente más cercano a una iniciativa de este tipo ocurrió en 1990, cuando el movimiento estudiantil impulsó la llamada “séptima papeleta”, una tarjeta simbólica que proponía reformar la Constitución de 1886. Aunque no fue oficialmente reconocida, el entonces presidente Virgilio Barco declaró un estado de sitio que derivó en un plebiscito, dando paso a la actual Constitución de 1991.
La propuesta de Petro revive esa historia, aunque esta vez en un contexto político mucho más polarizado y con una fuerte oposición institucional a sus planes de transformación.