El minucioso análisis forense de la Glock 9 milímetros y la aparición de casquillos recubiertos de bronce y latón abre nuevos frentes en la investigación judicial.
Por: Redacción.
DIARIO LA LIBERTAD.
Este jueves 19 de junio se conoció que la Fiscalía surtió un nuevo capítulo en la investigación sobre el atentado al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, tras revelarse el pormenorizado informe balístico que revoluciona las líneas de pesquisa. El seguimiento de este suceso, que mantiene al país pendiente del destino político de Uribe Turbay, arroja datos contundentes sobre la pistola Glock 9 milímetros, los casquillos recubiertos y la posible participación de una segunda arma, una Jericho, en un plan diseñado para borrar de un solo disparo al político.
El pasado 7 de junio, alrededor de las 5:30 de la tarde, el precandidato del Centro Democrático se encontraba en un mitin en el barrio Modelia de Bogotá, flanqueado por simpatizantes y su esquema de seguridad, cuando un joven sicario abrió fuego en la zona del parque El Golfito. Hospedado hoy en la UCI de la Clínica Santa Fe, bajo pronóstico reservado, Uribe Turbay recibió atención inmediata mientras se activaban los protocolos de investigación.
Según fuentes judiciales que entablaron diálogo con un reconocido informativo nacional, el análisis técnicoforense reveló que los 12 casquillos recolectados no habían sido disparados en condiciones convencionales. Se determinó que seis de ellos coincidían con la Glock 9 milímetros que portaba el menor sicario de 15 años, pero con la particularidad de estar recubiertos en bronce y latón, una mezcla que incrementa la velocidad y letalidad del proyectil. Este hallazgo sugiere una intención clara de causar una inmediata muerte del blanco político, al garantizar un impacto más profundo y destructivo.
“El revestimiento de los casquillos no es un detalle menor: demuestra premeditación y asesoría técnica especializada”, afirma la mencionada fuente judicial. El informe balístico que obra en manos de la Policía Científica y reposa en el búnker de la Fiscalía sirvió de sustento para las solicitudes de medidas de aseguramiento contra los tres capturados iniciales y la aprehensión del menor.
Sin embargo, los seis casquillos restantes provenían de una pistola Jericho, un hallazgo que hace tambalear la hipótesis de un ataque perpetrado por un solo responsable. La correspondencia balística no ligó esa arma con el esquema de seguridad de Uribe Turbay, lo que abre la posibilidad de una segunda persona involucrada en el atentado. Las autoridades ya indagan la procedencia de esta arma y valoran si hubo colaboración externa o envío directo desde el mercado ilegal colombiano.
Tres días después del atentado, los laboratorios forenses ya habían cotejado las vainillas y confirmado la dualidad de las armas implicadas. Este cruce pericial incluyó revisión de videos de seguridad, declaraciones de testigos y rastreo de huellas digitales en la escena del crimen, una metodología que suele reservarse para delitos de alta connotación política y criminal.
Un eslabón más en la trama criminal cae en manos de la Fiscalía
La investigación dirigida por la Fiscalía alcanzó un nuevo hito hoy con la detención de William Fernando Cruz González, señalado como el cuarto implicado en el atentado. Según fuentes cercanas al proceso —que se mantiene bajo estricta reserva—, Cruz González habría sido el encargado de recoger en un vehículo a los otros involucrados: Carlos Eduardo Mora González, Katerine Andrea Martínez Martínez y el menor de edad autor material del disparo.
Este jueves, agentes de la Policía Judicial ejecutaron la captura en un operativo discreto en el norte de Bogotá. En las próximas horas, su detención será legalizada ante un juez de control de garantías, donde se solicitará una nueva audiencia de imputación. Cruz González afrontaría cargos por tentativa de homicidio, porte ilegal de armas y uso de menores para la comisión de delitos.
Fuentes de la Fiscalía corroboran que Mora González y Martínez Martínez ya fueron imputados por los mismos delitos, ante lo cual se declararon inocentes. Ambos permanecen en celdas del búnker judicial, a la espera de que el juez de garantías decida su situación jurídica.
Trazando el origen de los proyectiles
El rastro del arma desde Estados Unidos hasta el mercado negro colombiano es uno de los ejes centrales del caso. Los investigadores cruzan registros de importación, decomisos previos y redes de tráfico de armas ligeras. La aparición de la Jericho sugiere dos escenarios: tráfico paralelo a gran escala o complicidad de un tercer nivel dentro de la estructura que ordenó el atentado.
La clave estará en los relatos de los capturados. Cada declaración puede apuntar al punto exacto de ingreso de las armas y a los cómplices que aún no han sido identificados. La Fiscalía ha dispuesto equipos especializados en desmantelar redes internacionales de armamento y los análisis de balística comparada continúan su curso.
Mientras tanto, el precandidato sigue en estado crítico, pero estable, y su equipo de campaña ha apelado a la prudencia y a la confianza en la justicia. El país observa con atención cómo avanza este proceso, en el que la verdad técnica de un laboratorio forense podría transformar el curso de la contienda electoral y develar la estructura criminal detrás de uno de los ataques más graves en la historia reciente de la política colombiana.
Y.A.