El Congreso de la República aprobó este miércoles de manera definitiva el Proyecto de Ley N.º 399 de 2024 en Cámara y 259 de 2024 en Senado, que permitirá la recuperación y modernización de Salinas Marítimas de Manaure (SAMA LTDA.), una de las industrias más importantes y tradicionales del departamento de La Guajira.
La iniciativa, promovida por el representante guajiro Juan Loreto Gómez Soto, contempla una inversión cercana a los 61 mil millones de pesos destinados a la innovación tecnológica, modernización y fortalecimiento del capital de trabajo de la empresa. El objetivo es consolidar a SAMA como una compañía competitiva, sostenible y generadora de empleo en la región Caribe.
Durante la sesión de aprobación, el congresista destacó: “Esta ley es una herramienta fundamental para proyectar un futuro sólido para La Guajira. La sal, símbolo de dignidad y productividad, se mantiene como motor económico y cultural para la región”.
El proyecto garantiza que el Estado mantenga la mayoría accionaria con el 50,1%, sin afectar el carácter mixto de la empresa. Esto permitirá al gobierno nacional participar activamente en las decisiones estratégicas, impulsando un modelo de gestión eficiente y comprometido con el desarrollo regional.
Además, se reconoce la histórica participación del municipio de Manaure y las asociaciones indígenas Sumain-Ichi, Waya Wayú y Asocharma, que han sido piezas clave en la operación de SAMA y en la preservación del modelo ancestral de extracción de sal.
Entre las acciones contempladas está la entrega de activos, maquinaria y vehículos por parte de entidades nacionales, así como la implementación de mecanismos estrictos de control financiero y auditorías constantes para asegurar la transparencia y buen manejo de los recursos públicos.
SAMA, que atravesó una profunda crisis en años recientes, no solo representa un activo económico vital para La Guajira, sino también un símbolo de identidad y cultura wayuu, sostén de cientos de familias. Su reactivación busca reavivar su rol como eje de desarrollo local y regional.
La ley ahora está pendiente de sanción presidencial, paso final para su entrada en vigor. Este avance marca un antes y un después para La Guajira, abriendo las puertas a un desarrollo sostenible que respete el territorio, fortalezca a la comunidad y honre la riqueza ancestral de sus pueblos.