Sistema Civil de Alertas Tempranas advierte sobre el preocupante aumento de homicidios en el departamento, con 27 mujeres entre las víctimas y un creciente uso del sicariato como método criminal.
Por: Redacción.
DIARIO LA LIBERTAD
El Departamento del Atlántico enfrenta un alarmante panorama de violencia criminal. En los primeros 16 días del mes de junio de 2025, se han registrado un total de 42 muertes violentas, cifra que excluye accidentes de tránsito y suicidios. Así lo dio a conocer el Sistema Civil de Alertas Tempranas, entidad que monitorea los indicadores de seguridad ciudadana en la región.
De acuerdo con el reporte, 24 de los homicidios ocurrieron en Barranquilla, mientras que 8 se registraron en Soledad, incluyendo la baja policial ocurrida a las 3:10 de la madrugada del lunes 16 de junio en el barrio Terranova, cuando un sujeto fue abatido durante un intento de atraco a un ciudadano. En total, el Área Metropolitana de Barranquilla acumula 37 muertes violentas en lo que va del mes.
El informe resalta que entre el viernes 13 y el lunes 16 de junio se contabilizaron 15 casos particularmente graves. De ellos, 9 fueron asesinatos por sicariato, 3 homicidios durante hurtos, 3 por riñas, 1 caso incidental y 1 por establecer, además del ya mencionado caso de enfrentamiento entre la Policía y un presunto delincuente.
Dos de los crímenes que más han conmocionado a la opinión pública durante este periodo corresponden al asesinato de los profesores Roberto Vásquez C. y Porfiria Escorcia Villalba, víctimas de violentos robos. Estos casos no solo reflejan la peligrosidad de la delincuencia, sino también la vulnerabilidad de los ciudadanos ante acciones criminales cada vez más agresivas.
Una cifra que sobresale en este recuento y genera gran consternación es la de 27 mujeres asesinadas dentro de este conteo de muertes violentas. El informe no especifica cuántos de estos casos están ligados a violencia de género, pero llama la atención sobre la necesidad de incluir un enfoque diferencial en los análisis y estrategias de seguridad.
Asimismo, se documenta que 17 personas resultaron lesionadas, aunque no fatalmente, durante estos hechos violentos. Estas cifras, más allá de ser un registro estadístico, son un grito de alerta sobre la afectación directa a la vida humana, el delito de mayor impacto en una sociedad.
Desde el Sistema Civil de Alertas Tempranas, se hace un llamado urgente a todos los actores de la sociedad: autoridades, medios de comunicación, líderes sociales y ciudadanos en general, a reflexionar profundamente sobre los delicados momentos que enfrenta el departamento del Atlántico. La entidad insiste en que la violencia no puede normalizarse y que los datos deben movilizar acciones reales y sostenidas para proteger la vida.
Este avance estadístico, que ellos mismos califican como “las cifras que no quisiéramos leer”, representa una radiografía cruda de una crisis de seguridad que requiere intervención inmediata. Las autoridades locales y regionales deberán tomar decisiones firmes en materia de política criminal, prevención del delito, intervención social y fortalecimiento institucional.
Las comunidades también están llamadas a asumir un rol activo en la denuncia, la prevención y la exigencia de resultados. De lo contrario, el Atlántico corre el riesgo de seguir escalando en cifras que ya son escandalosas.
Y.A.