El Atlántico celebró por todo lo alto sus 120 años de historia, identidad y orgullo colectivo. Este sábado, el emblemático Muelle 1888 de Puerto Colombia se convirtió en escenario de una jornada inolvidable, donde el arte de vivir bien se mezcló con el sonido del mar, el movimiento del cuerpo y el sabor inconfundible de las raíces atlanticenses.
Desde muy temprano, el centro gastronómico y cultural fue testigo de una fiesta diferente, pensada para reunir a propios y visitantes en torno al bienestar, la cultura y el orgullo de pertenecer a este departamento lleno de matices.
A las 6:00 de la mañana, el instructor Pedro García dio inicio a una intensa y alegre sesión de rumbaterapia y aeróbicos que encendió el ánimo colectivo.
La actividad, organizada por la Gobernación del Atlántico a través de la Secretaría de Cultura y Patrimonio Departamental, fue una declaración de lo que significa ser atlanticense. A la cita acudieron funcionarios del gabinete departamental, gestores culturales, influenciadores, reinas populares y ciudadanos que vibraron al unísono en un ambiente de celebración y sentido de pertenencia.
Para el gobernador Eduardo Verano, esta conmemoración es una oportunidad para reconocer lo lejos que ha llegado el Atlántico gracias al empuje de su gente y su cultura. “Hoy celebramos con orgullo los 120 años de nuestro querido Atlántico, un departamento que ha crecido con la fuerza de su gente, con el empuje de su cultura y con el compromiso de seguir construyendo un mejor futuro para todos”, afirmó.
Por su parte, la secretaria de Cultura Departamental, Verónica Cantillo, recordó que estas actividades son un reflejo del compromiso por preservar y proyectar el patrimonio regional como motor de transformación social.
Pero como en toda celebración atlanticenses no podía faltar el sabor. A la par con el ejercicio y la música, los asistentes pudieron disfrutar de una muestra gastronómica donde brillaron los sabores tradicionales del departamento, como el pastel de Pital de Megua, la butifarra de Soledad, el mute y los enyucados de Caracolí, el jugo de guayaba de Palmar de Varela y la almojábana de Campeche, entre otros manjares que hablan de una cocina llena de memoria y pasión.
La actividad también contó con la participación de la embajadora del Carnaval del Atlántico 2025, Gimel Morales, quien compartió con los asistentes y resaltó el sentido simbólico de celebrar con cuerpo, alma y corazón.