Resulta una verdadera contradicción que los procedimientos establecidos en la ley penal de Colombia siempre favorezcan a los delincuentes, ya que la Policía los detiene, los pone a disposición de las autoridades judiciales y a las pocas horas ya están nuevamente en la calle por diversas causas, porque fueron capturados sin el cumplimiento de los requisitos establecidos en la ley; porque la captura fue ilegal, porque las pruebas recolectadas no eran suficientes para una imputación de cargos, porque el delito es considerado una contravención, porque el capturado es menor de edad o porque no hay un lugar donde recluirlos, etc.
Consideramos que el Congreso de la República debería tramitar una ley que le otorgue más herramientas a la Justicia y a la Policía, para enfrentar el crimen organizado en todo el territorio nacional; se necesita urgentemente una norma que tipifique como delitos algunas acciones delictivas consideradas actualmente como contravenciones, que aumente puntualmente algunas penas y que se le aplique un tratamiento más severo a los menores delincuentes.
Ojalá se estudie esta posibilidad, ya que con una ley en ese sentido la Policía podrá enfrentar con mejores herramientas la inseguridad reinante en nuestras ciudades, para que desaparezca esa manida frase en el sentido que esa institución está maniatada para combatir el delito y para que así no haya que seguir viendo en las calles los mismos delincuentes que fueron detenidos el día anterior y que de paso sirva para devolverle la tranquilidad a la ciudadanía.
Es muy diciente la permisividad para con la delincuencia común y de las pocas herramientas para combatir a los delincuentes y así contrarrestar sus acciones violentas, para ponerlos y mantenerlos tras las rejas.
En realidad, las capturas en estas condiciones se constituyen en un desgaste para la Policía: detener todos los días a los mismos delincuentes por los mismos delitos y tener que verlos al cabo de un rato en las calles de la ciudad acechando a la próxima víctima para cometer las mismas fechorías del día anterior, incluso soportar el reclamo de la comunidad que no entiende cómo estas personas indeseables siguen libres a pesar de sus denuncias y reiterados señalamientos.
Hay que reconocer que la Policía Metropolitana de Barranquilla ha venido trabajando a fin de restablecer la tranquilidad de la ciudadanía, pero complementario a ello hace falta implementar esas medidas.