«Una justicia sin servidumbres»: el mensaje del presidente de la Corte Constitucional en la posesión de la magistrada Lina Escobar

En un acto sin precedentes, el magistrado Jorge Enrique Ibáñez reafirmó la independencia del poder judicial y la supremacía de la Constitución.

En la Corte Constitucional, donde cada palabra tiene el peso de la ley y cada gesto habla de la institucionalidad, el presidente de la corporación, Jorge Enrique Ibáñez Najar, pronunció un mensaje profundo y firme durante la posesión de la magistrada Lina Marcela Escobar Martínez ante la Sala Plena.

Más allá de la formalidad del acto, Ibáñez convirtió su intervención en un manifiesto sobre la independencia judicial, en tiempos donde el poder público y sus equilibrios están bajo constante escrutinio.

“La Corte Constitucional y sus magistrados responden únicamente al mandato supremo del pueblo expresado en la Constitución Política”, afirmó. Para el presidente del alto tribunal, la Corte es y debe seguir siendo “una voz serena de la razón” en medio del ruido de los intereses y presiones externas.

El acto de posesión, según Ibáñez, no fue uno más. Lo calificó como una expresión simbólica de autonomía institucional, inédita hasta ahora, al realizarse ante la Sala Plena de la Corte y no en un escenario ajeno. Un gesto que, en sus palabras, “refuerza la separación funcional de los poderes del Estado y salvaguarda la imparcialidad de quienes ejercen el control de constitucionalidad”.

Pero el mensaje no se quedó en lo simbólico. Ibáñez advirtió con claridad que la independencia judicial es tan esencial como frágil, y que puede romperse si no se defiende con firmeza desde todos los sectores de la sociedad. “Si la sociedad a la que sirven los jueces no se empeña en resguardarla, esa independencia puede hacerse añicos”, sentenció.

En un contexto político donde la justicia enfrenta cuestionamientos, presiones mediáticas y tensiones con otros poderes, el magistrado llamó a proteger la Rama Judicial de injerencias indebidas. Subrayó que la verdadera garantía de los derechos de los ciudadanos depende de que los jueces actúen “sin servidumbres ni presiones externas, solo bajo el imperio de la Constitución”.

Al cierre de su intervención, Ibáñez hizo un repaso de lo que representa el Estado de derecho, no solo como concepto jurídico, sino como estructura viva que sostiene la democracia: legalidad, igualdad, justicia, responsabilidad y supremacía constitucional. “En Colombia, este principio está íntimamente ligado a la garantía de la Constitución como norma de normas”, concluyó.

En una época marcada por el debate sobre los límites y alcances de cada poder, el acto en la Corte Constitucional dejó un mensaje claro: la justicia no se arrodilla, se fundamenta en la razón y el derecho.