Tensión diplomática tras atentado a Miguel Uribe: Embajador de Colombia responde a Marco Rubio

Las críticas del senador estadounidense Marco Rubio al Gobierno Petro por el atentado contra Miguel Uribe Turbay encontraron una respuesta firme desde la Embajada colombiana en Washington.

El atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en Bogotá, no solo sacudió el panorama político nacional, sino que también generó una ola de reacciones en el escenario internacional. Una de las más polémicas fue la del senador republicano Marco Rubio, quien acusó directamente al Gobierno de Gustavo Petro de incitar el clima de violencia con su “retórica izquierdista”.

Rubio no se limitó a lamentar el atentado; lo calificó como una «amenaza directa a la democracia», y pidió al presidente colombiano moderar su discurso. “Colombia no puede volver a los tiempos oscuros de violencia política”, advirtió en un tono crítico y frontal.

Ante estas declaraciones, el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña, respondió este jueves con una carta oficial en la que rechazó cualquier intento de vincular al Gobierno con el ataque, y defendió la labor institucional desplegada para esclarecer los hechos.

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“El Estado colombiano ha movilizado más de 250 investigadores en el caso”, aseguró el diplomático, al tiempo que recordó que el presidente Petro ha solicitado cooperación directa de agencias de inteligencia de EE. UU., especialmente para rastrear el origen del arma usada en el atentado. La pistola habría sido comprada en Arizona y transportada a través de la Florida, según reveló el propio mandatario.

Lejos de entrar en una confrontación política directa, García-Peña optó por una línea diplomática: “Colombia se mantiene firme en su resolución de proteger la participación democrática y garantizar justicia”, recalcó, y subrayó que la colaboración internacional será clave para llegar a los responsables.

La canciller Laura Sarabia también ha gestionado apoyos multilaterales para avanzar en la investigación, en una señal de que el Gobierno busca mostrar apertura y transparencia ante los cuestionamientos.

El trasfondo de esta controversia pone de relieve la fragilidad de la relación entre ciertos sectores políticos de EE. UU. y el actual Gobierno colombiano, así como las tensiones internas del país en plena temporada preelectoral. El atentado a Miguel Uribe ha encendido alarmas sobre la seguridad de los candidatos y la estabilidad democrática.

Por ahora, la respuesta del embajador García-Peña busca enfriar los ánimos y redirigir el foco hacia la cooperación institucional. Sin embargo, el eco de las palabras de Rubio podría tener efectos duraderos en la forma como sectores conservadores de Washington ven la gestión de Gustavo Petro.

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