Antonio Espaillat, propietario de la emblemática discoteca Jet Set en Santo Domingo, fue arrestado junto a su hermana Maribel Espaillat, tras una investigación relacionada con el colapso del techo del establecimiento ocurrido el pasado 8 de abril, que resultó en la muerte de al menos 233 personas, incluyendo al reconocido merenguero Rubby Pérez.
La Procuraduría General de la República Dominicana había bloqueado previamente las transferencias de bienes vinculados a Antonio Espaillat, señalando posibles intentos de ocultar activos para evitar compensaciones a las víctimas. Además, se incautó la discoteca Jet Set como parte de las acciones legales en curso.
Según la orden de arresto gestionada por el procurador adjunto ante un juzgado de instrucción de la capital dominicana, ambos habrían cometido homicidio involuntario, conforme al artículo 319 del Código Penal, por mostrar «una inmensa irresponsabilidad y negligencia, al no hacer lo necesario para que el techo del Jet Set Club fuera intervenido de manera adecuada y especializada para poder evitar una tragedia que cobrara vida del público y de sus empleados que confiaban en la supuesta seguridad del lugar, como finalmente ocurrió».
La tragedia, ocurrida durante una presentación de Rubby Pérez, dejó también a más de 260 personas heridas. Entre las víctimas se encontraban figuras destacadas como el exbeisbolista Octavio Dotel y la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz.
En respuesta a la tragedia, Antonio Espaillat expresó sus condolencias a través de redes sociales, calificando el incidente como devastador y asegurando que la empresa estaba trabajando en conjunto con las autoridades para apoyar a las víctimas y sus familias.
El caso ha generado una amplia cobertura mediática y ha puesto en evidencia la importancia de la supervisión y regulación en establecimientos públicos para garantizar la seguridad de los ciudadanos.