Según el Dane, la capital del Magdalena registró en mayo de 2025 una inflación del 1,38 %, muy por debajo del promedio nacional de 5,05 %. El economista Jorge Vergara Carbó cuestionó la veracidad del dato y pidió explicaciones.
Santa Marta ha sido protagonista de una inesperada noticia económica: se posicionó como la ciudad con el menor Índice de Precios al Consumidor (IPC) del país en mayo de 2025, según el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Con una inflación del 1,38 %, la capital del Magdalena quedó muy por debajo del promedio nacional que se ubicó en 5,05 %, una cifra que ya mostraba una leve desaceleración respecto al 5,16 % registrado en abril.
Este resultado, sin embargo, no ha pasado desapercibido ni ha sido aceptado sin reparos. El economista Jorge Vergara Carbó expresó su escepticismo a través de su cuenta en X (antes Twitter), donde publicó: “Algo bueno debe estar pasando en Santa Marta que el Dane dice es la ciudad más barata del país. IPC a mayo es 3.7 veces el de Santa Marta. Sorpresa Riohacha segunda más barata y Barranquilla tercera. Todo el Caribe más baratas que las del interior. ¿Cree Ud eso? Dane ¿dónde merca?”
Algo bueno debe estar pasando en Santa Marta que el DANE dice es la ciudad más barata del país. IPC a mayo es 3.7 veces, el de Santa Marta. Sorpresa Riohacha segunda más barata y Barranquilla tercera. Todo el Caribe más baratas que las del interior. Cree Ud eso? Dane donde merca? pic.twitter.com/jqyRUd2ddk
— Jorge Vergara Carbó (@VergaraCarbo) June 10, 2025
Estas palabras reflejan una creciente duda en ciertos sectores académicos y ciudadanos sobre la manera en que se están construyendo los indicadores de inflación en Colombia, especialmente al observar que cuatro de las siete ciudades del Caribe están entre las cinco más baratas del país.
El informe del Dane coloca, detrás de Santa Marta, a Riohacha con una inflación del 3,12 %, seguida de Valledupar con 3,30 %, Tunja con 3,57 % y Barranquilla con 3,92 %. Más adelante aparecen Montería (3,95 %) y Sincelejo (3,97 %), lo cual confirma una tendencia generalizada de bajos niveles de inflación en la región norte del país.
En contraste, las ciudades con mayores niveles de inflación fueron Pereira (6,13 %), Bucaramanga (5,65 %), Armenia (5,55 %) y Bogotá (5,47 %), seguidas de Medellín (5,41 %), Popayán (5,32 %) y otras capitales del interior.
Pero, ¿por qué el escepticismo de Vergara Carbó? Para muchos analistas, el resultado puede parecer contraintuitivo, sobre todo cuando se considera que Santa Marta enfrenta desafíos estructurales en materia de abastecimiento, infraestructura y servicios. Algunos expertos sugieren que la baja inflación puede estar relacionada con una caída en el consumo, un fenómeno que también impactaría el comportamiento de los precios. No obstante, esto aún no ha sido explicado a profundidad por el Dane.
El propio Dane explicó que los sectores que más impactaron la inflación nacional fueron alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, que aportaron 1,81 puntos porcentuales, seguidos de alimentos y bebidas no alcohólicas con 0,89 puntos y restaurantes y hoteles con 0,81 puntos. En estos rubros, Santa Marta podría haber mostrado comportamientos más estables o incluso a la baja.
En el plano mensual, también se registró una baja en el indicador general: la variación fue de 0,32 % frente al 0,43 % de abril. Los mayores aumentos se vieron en alimentos y bebidas alcohólicas con una subida del 0,60 %, seguidos de los servicios públicos (0,48 %) y las bebidas alcohólicas (0,39 %).
Por otro lado, la subdirectora del Dane, Andrea Ramírez Pisco, destacó que sectores como educación y turismo tuvieron una baja o nula incidencia en la inflación de mayo. “Educación no cambió y turismo, expresado en transporte y recreación y cultura, variaron -0,08 % y -0,52 %, respectivamente, por el comportamiento de consumo propio del segundo trimestre del año”, explicó.
No obstante, las cifras no logran disipar las dudas de quienes, como Vergara Carbó, observan que el comportamiento del costo de vida en Santa Marta no parece reflejar el entorno económico cotidiano de sus habitantes. Aunque el Dane es la entidad oficial encargada de realizar estas mediciones con rigor técnico, el debate abierto en redes y círculos académicos invita a repensar los mecanismos de medición y su interpretación.
En todo caso, el resultado es significativo en medio de un contexto de desaceleración inflacionaria nacional. La disminución del IPC podría tener efectos positivos sobre el poder adquisitivo de los hogares, especialmente en las regiones con menor inflación. Sin embargo, si esta reducción se debe a una contracción de la demanda o al deterioro del consumo, el panorama sería más preocupante.
En resumen, Santa Marta figura como la ciudad más barata del país, al menos en términos del IPC. Pero más allá de las cifras, persiste la necesidad de transparencia, contexto socioeconómico y explicaciones claras que respalden la lectura de estos indicadores. De lo contrario, la estadística oficial corre el riesgo de volverse un dato que, aunque preciso, pierda credibilidad ante los ojos de la opinión pública.
Y.A.