#EnVideo «El reporte es esperanzador, estamos rogando a Dios para que siga mejorando», Julio César Turbay, tío del senador Miguel Uribe Turbay. pic.twitter.com/wloQd5LGJF
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) June 10, 2025
“El parte es esperanzador”, afirmó el excontralor Miguel Turbay Quintero, tío del senador, mientras decenas de ciudadanos siguen congregados en las afueras de la Fundación Santa Fe en Bogotá.
La familia del senador Miguel Uribe Turbay se aferra con fe y esperanza a cada avance en su estado de salud, tras el brutal atentado sicarial del pasado sábado 7 de junio en el barrio Modelia, al occidente de Bogotá. Desde la Fundación Santa Fe, donde permanece hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), llegan mensajes de fortaleza y unidad, en medio de una situación crítica que ha conmocionado al país entero.
Este martes, a la 1:30 p.m., el excongresista y excontralor general de la República, Miguel Turbay Quintero, ofreció unas breves pero cargadas palabras a los medios de comunicación. Conmovido, transmitió el último parte recibido por la familia: “El reporte es esperanzador, estamos rogando a Dios para que siga mejorando la salud de Miguel”. Su declaración no solo contenía un dato médico, sino también un llamado a la fe y al espíritu nacional, en un país golpeado por la violencia política.
Miguel Uribe Turbay, víctima de un ataque en el que recibió tres disparos –dos en la cabeza y uno en la pierna izquierda–, fue sometido a procedimientos neuroquirúrgicos y vasculares en las horas posteriores al atentado. El último parte médico oficial, divulgado por la Fundación Santa Fe a las 6:40 a.m. del lunes 10 de junio, informó que el senador permanece en estado crítico, pero estable, con pronóstico reservado. Se enfatizó en que el paciente está bajo “máxima gravedad” y en observación constante.
La información, aunque clínica y sobria, ha sido interpretada con esperanza por sus seres queridos. María Claudia Tarazona, esposa del senador, continúa acompañándolo y ha hecho constantes llamados a través de redes sociales y voceros a unirse en oración por su recuperación. A la par, grupos de ciudadanos se congregan en velatones frente a la clínica, llevando flores, velas y pancartas en apoyo a Uribe Turbay y en rechazo a la violencia que pretende silenciar a quienes ejercen la política desde la oposición o desde la diferencia.
Las palabras de Turbay Quintero, además de brindar información sobre el estado de su sobrino, invitaron a una necesaria reflexión nacional. “[El mensaje] es olvidarse de los odios y la violencia. A rezar por Colombia”, dijo con voz firme, reafirmando el compromiso de la familia con la reconciliación y el diálogo. En medio de un clima de profunda polarización, esta postura adquiere mayor valor simbólico, especialmente cuando proviene de una de las familias más reconocidas en la historia política del país.
El ataque contra Miguel Uribe Turbay, quien ha sido una de las voces más visibles dentro del sector de oposición en el Senado, ha generado reacciones en todos los sectores políticos. Mientras organismos de seguridad avanzan en las investigaciones para identificar a los responsables del atentado, se ha incrementado el debate sobre la seguridad de los dirigentes políticos en Colombia, especialmente en contextos regionales y urbanos donde resurgen estructuras armadas o redes criminales con capacidad de ejecutar actos violentos.
En medio de la incertidumbre y del dolor, la figura de Uribe Turbay se ha convertido en un símbolo de resistencia frente a la intolerancia. Su historia, ahora marcada por este grave episodio, refleja también la fragilidad de la democracia en un país que aún no logra cerrar el ciclo de violencia contra quienes optan por el servicio público.
En tanto, desde la Fundación Santa Fe se reiteró que cualquier nueva información sobre el estado del senador será compartida únicamente por canales oficiales. La confidencialidad médica se mantiene, pero no impide que se perciba una leve mejoría, según testimonios de allegados.
En las calles, el respaldo no cesa. “Estamos aquí para mostrar que Colombia no acepta más odio”, dijo una joven manifestante en las afueras del hospital. Las velas, la música suave y los mensajes de aliento contrastan con el horror del atentado, enviando una señal de resistencia pacífica y de unidad.
Por ahora, la salud de Miguel Uribe Turbay sigue siendo motivo de constante vigilancia médica, pero también de esperanza colectiva. Su familia, sus colegas, simpatizantes y hasta opositores han coincidido en lo fundamental: que se recupere y que este trágico episodio sirva para reflexionar sobre el rumbo que está tomando el país.
Y.A.