Con repudio absoluto unido a la urgencia de identificar a los autores del ataque sicarial contra el senador Miguel Uribe Turbay, Colombia entera condena enérgicamente este atentado y algunos señalan a la retórica violenta de la izquierda, como los responsables de este hecho que ha condolido e indignado a todas las gentes de bien de Colombia.
Este rechazo total hace necesario que las autoridades identifiquen tanto a los autores materiales como intelectuales de este execrable hecho; pero se requiere de una investigación a fondo para que afloren los resultados de forma inmediata.
Lo que se sabe es que el autor del ataque contra el senador Uribe Turbay es un menor de 15 años, el que actualmente está bajo custodia de las autoridades. La oleada de reacciones nacionales e internacionales que condenan el atentado, entre ellas las de varios expresidentes colombianos, como también organizaciones civiles, líderes políticos de todas las tendencias, expresidentes latinoamericanos y de organismos multilaterales de todo el mundo ha sido mayúscula y ello fortalece la esperanza de encontrar a los responsables del atentado.
Este acto criminal no es sino el resultado de una peligrosa combinación de estigmatización, discursos de odio y manipulación de la juventud por parte de sectores que buscan deslegitimar a quienes piensan de diferente manera.
También se ha expresado contundentemente el cuerpo de generales y almirantes en retiro de las Fuerzas Militares, condenando el atentado y calificándolo como un acto cobarde que representa una grave amenaza contra la democracia en Colombia, en donde la violencia política es inadmisible y donde es rechazable todo acto que busque afectar la estabilidad política y social de los colombianos,
En LA LIBERTAD confiamos en que las autoridades colombianas llevarán a cabo una investigación exhaustiva y transparente sobre este lamentable suceso.
Entre las múltiples reacciones internacionales al atentado se destaca la enviada por el secretario de Estados Marco Rubio, quien a través de la red social condenó, en términos enérgicos el intento de asesinato como una amenaza directa a la democracia, al tiempo que estimó que los responsables del atentado deben afrontar el peso de la ley.
Que en junio de 2025 atenten contra la vida de un precandidato presidencial en las elecciones de marzo del 2026 en Colombia es reabrir una herida dolorosa que muchos creían cerrada.
Es que Colombia no puede volver a la violencia política, por lo que se hace menester un llamado a que las esferas gubernamentales competentes, protejan efectivamente a los precandidatos, aspirantes a la Presidencia de la República del próximo año en nuestro país.
Miguel Uribe Turbay, de 39 años de edad y afiliado al partido Centro Democrático permanece grave por haber sido baleado. Su salud y los motivos de su intento de homicidio tienen en vilo al país, se sabe que el sospechoso –menor de edad– fue arrestado inmediatamente.
Para aquellos que vivieron los peores años de la violencia política de finales de los 80 y 90, en guerra contra las instituciones públicas, el atentado recuerda aquella sangrienta campaña presidencial de 1989 cuando tres candidatos fueron asesinados en seis meses.
Colombia vive una tensa disputa política protagonizada por el gobierno izquierdista de Gustavo Petro contra un amplio sector del Congreso y miembros de la oposición, enfrentados por las reformas del presidente que, en su mayoría, no alcanzan los consensos necesarios para concretarse.
La disputa política alcanzó una tensión crítica en esta semana que acaba con un país pendiente de la supervivencia de un líder político baleado en público.
Ahora lo esencial es rodear al doctor Miguel Uribe con toda la solidaridad nacional y solicitar a las autoridades la celeridad obligada para esclarecer este caso, con el fin de evitar que se despierten más exacerbaciones que solo daño y dolor pueden producir a nuestro país.