Abrí el concierto recordándoles a los asistentes que es un concierto por la Esperanza, por la Paz, por la vida, y pedí por la mejoría y buena salud de Miguel Uribe. Les pedí que, desde esta plaza, le enviáramos las mejores energías a su esposa María Claudia Tarazona, a sus hijos… pic.twitter.com/woZkdRVQOz
— Hollman Morris (@HOLLMANMORRIS) June 8, 2025
En un país estremecido por el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, y con un llamado explícito de la Alcaldía de Bogotá a posponer cualquier acto multitudinario, el “Concierto de la Esperanza” terminó convertido en un símbolo más de la fractura política y emocional que vive Colombia.
El evento, organizado por RTVC bajo la dirección de Hollman Morris, siguió adelante a pesar de las recomendaciones de prudencia del alcalde Carlos Fernando Galán, quien pidió reprogramar el concierto por respeto a la gravedad del momento. La solicitud no fue atendida. Para el gerente del Sistema de Medios Públicos, suspenderlo habría sido “ceder ante el miedo”, una postura que repitió con firmeza tanto en su intervención inicial en tarima como en su cuenta de X, donde escribió: “Sigo apostando con toda mi energía por la vida de Miguel Uribe (…) cada alma convocada será una oración”.
Sin embargo, en la Plaza de Bolívar, el mensaje de reconciliación no logró permear. A pesar del esfuerzo por vestir el evento de blanco, las prendas pedidas como símbolo de paz y convivencia fueron escasas. Y el intento de reconducir la narrativa hacia un homenaje por la vida de Uribe Turbay chocó con la realidad de un evento que había sido impulsado desde semanas atrás por colectivos juveniles afines al petrismo, con una clara carga política y activista.
Apenas Hollman Morris intentó llamar a la unidad desde la tarima, las cámaras captaron la reacción distante de un público que, aunque masivo, no parecía dispuesto a conectar con un discurso que se sentía, para muchos, fuera de sintonía con el dolor nacional. La iniciativa de convertir el acto en una manifestación por la vida no cuajó. No hubo minuto de silencio. No hubo pausa emocional. El show debía continuar.
El concierto, que llega a su sexta edición y que este año se celebró bajo el lema “Latinoamérica Migrante Resiste”, ya venía envuelto en polémica por el alto presupuesto destinado a la frustrada participación del artista puertorriqueño Residente. Aun con su ausencia, el cartel de bandas logró llenar la plaza: nombres como Bersuit Vergarabat, Mago de Oz, Los Van Van de Cuba, Apache, Joselito Oviedo, y Prisioneros atrajeron a miles de jóvenes, algunos convocados por afinidad musical, otros por razones ideológicas.
El contraste entre la tragedia de Uribe y la celebración en tarima terminó desdibujando el intento de mensaje transversal que Morris había querido proyectar. La idea de un “concierto por la vida” se ahogó entre decibeles, pancartas de activismo y una plaza que, si bien vibró con la música, no logró vibrar con el momento.
A toda la juventud bogotana reunida hoy en el concierto de la esperanza, le solicito juntarse en una sola voz para reflexionar sobre la imperiosa necesidad que Miguel se recupere de salud.
Ante la violencia la mejor cura siempre es el arte, y reunirse.
Los asesinos buscan, ante… pic.twitter.com/BfdX7FeEHK
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 8, 2025
El presidente Gustavo Petro también intentó sumarse al mensaje de reconciliación desde sus redes, con palabras de apoyo a Miguel Uribe. Pero en el país de las suspicacias, cualquier gesto es visto a través del filtro de la polarización. Y el resultado fue un evento que, más que unir, terminó exponiendo —una vez más— cuán difícil se ha vuelto en Colombia separar lo cultural de lo político, y lo simbólico de lo estratégico.
En el fondo, el “Concierto de la Esperanza” se volvió el espejo de un país donde las intenciones, por buenas que sean, no siempre alcanzan a borrar las fracturas.
¿En qué país se celebra el atentado de un opositor?
Colombia, qué maldición es la nuestra que sobre nuestra tierra cunde la indolencia, el egoísmo y la locura colectiva.
¿Por qué no le hemos enseñado a nuestro jóvenes el valor del duelo para aprender a valorar la vida? pic.twitter.com/7NGItiqgTH
— Ingrid Betancourt Pulecio (@IBetancourtCol) June 8, 2025