@noticierosenadoDurante la manifestación convocada para rechazar el atentado contra el senador Miguel Uribe, Ingrid Betancourt, visiblemente conmovida, condenó entre lágrimas el ataque ocurrido este sábado.
Colombia sigue consternada por el atentado sufrido por el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay el pasado sábado 7 de junio, cuando recibió un disparo en la cabeza mientras se encontraba en un acto político en el barrio Modelia, Bogotá. A sus 39 años, Uribe Turbay se encuentra en estado crítico y en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Santa Fe, donde será sometido a una cirugía.
El ataque, que ocurrió alrededor de las 5:00 p.m., ha desatado la indignación de figuras políticas a nivel nacional. Según fuentes oficiales, el atentado tuvo lugar mientras Uribe Turbay se dirigía a sus seguidores, lo que ha puesto en evidencia las graves fallas de seguridad en el contexto de las campañas políticas previas a las elecciones presidenciales de 2026.
En este escenario, Ingrid Betancourt, excandidata presidencial y actual directora del partido Oxígeno, no tardó en responsabilizar al presidente Gustavo Petro, a quien calificó como un «agitador» que ha alimentado un clima de hostilidad hacia los opositores. En conversación con Infobae Colombia, Betancourt expresó su dolor y preocupación, comparando este ataque con su propia experiencia de violencia política.
«Es un golpazo, un retorno a unos dolores y emociones convulsionadas que pensábamos habíamos dejado atrás», afirmó con firmeza. «Es muy doloroso ver que Colombia vuelve a vivir estos episodios que ya pensábamos superados», añadió, refiriéndose a la angustia que siente no solo por la víctima, sino por la familia de Uribe y el país en general.
Betancourt también denunció la falta de garantías para los líderes opositores, destacando la vulnerabilidad a la que están expuestos los políticos en ejercicio, especialmente en el marco de un clima de creciente polarización.
Mientras tanto, la seguridad de los candidatos y líderes políticos en campaña sigue siendo una preocupación central, y diversos sectores han solicitado medidas inmediatas para protegerlos ante la creciente violencia política en Colombia.