Colombia consagra el derecho al olvido oncológico: un paso histórico hacia la inclusión y la justicia social

Senador Pedro Flórez, promotor de la 'Ley del Olvido Oncologíco'.

El Congreso aprobó la Ley 201 de 2023, que reconoce el derecho al olvido oncológico y prohíbe la discriminación financiera, laboral y educativa contra los sobrevivientes de cáncer en el país.

Con una amplia mayoría legislativa y el respaldo de congresistas de diversas bancadas, el Congreso de la República aprobó de manera definitiva el Proyecto de Ley 201 de 2023, más conocido como la Ley de Olvido Oncológico, una iniciativa pionera en el país que marca un antes y un después en la vida de miles de sobrevivientes de cáncer. Esta ley, impulsada por el senador Pedro Flórez, del Pacto Histórico, establece que las personas que hayan superado la enfermedad no estarán obligadas a declarar su historial oncológico en trámites relacionados con el acceso a seguros, productos financieros, vivienda, educación o empleo, siempre y cuando hayan cumplido con los periodos de remisión médica establecidos: cuatro años para adultos y dos años para quienes fueron diagnosticados en la infancia.

La aprobación de esta norma representa un avance legislativo sin precedentes que pone fin a la discriminación estructural que, durante décadas, han padecido quienes lograron vencer el cáncer, pero se vieron enfrentados a una segunda batalla: la exclusión en diversos ámbitos de la vida social y económica.

Esta ley es un acto de justicia social. Nadie debería ser castigado por haber sobrevivido. Vencer el cáncer no puede seguir siendo una condena financiera ni una barrera para rehacer la vida”, declaró el senador Flórez tras la aprobación del proyecto. Sus palabras sintetizan el espíritu de esta legislación: no más castigos por un pasado superado, no más obstáculos para quienes enfrentaron y vencieron una de las enfermedades más devastadoras.

La ley establece además que ninguna aseguradora ni entidad financiera podrá utilizar el antecedente de cáncer como criterio para limitar la cobertura, excluir de un servicio o imponer condiciones más gravosas. Esta disposición busca proteger el derecho a la igualdad de oportunidades y garantizar la no revictimización de quienes han atravesado procesos oncológicos.

Hasta hoy, los pacientes oncológicos recuperados en Colombia seguían enfrentando serias restricciones a la hora de acceder a préstamos, seguros de vida, oportunidades laborales y becas educativas. Esta situación afectaba no solo su desarrollo personal y profesional, sino también su estabilidad emocional y su derecho a llevar una vida digna.

La nueva legislación, además de reparar una deuda histórica, alinea a Colombia con estándares internacionales ya vigentes en países como Francia, España, Italia, Portugal, Bélgica y los Países Bajos, que han reconocido este derecho como parte esencial de una política de salud pública basada en la inclusión y el respeto por la dignidad humana.

Con esta aprobación, Colombia se convierte en el segundo país de América Latina en legislar sobre el derecho al olvido oncológico, luego de Chile. Esto consolida al país como un referente en la región en términos de políticas públicas centradas en la protección integral de los derechos de las personas sobrevivientes de enfermedades graves.

Esta es una causa ética, humana y profundamente necesaria. Con esta ley, el Estado colombiano le dice a quienes vencieron el cáncer: su historia no puede ser usada en su contra. Su futuro no será limitado por un pasado superado”, puntualizó el senador Pedro Flórez, agradeciendo además al representante Hugo Alfonso Archila Suárez, del Partido Liberal Colombiano, quien fue el ponente del proyecto en la Cámara de Representantes. También reconoció el respaldo de congresistas de todas las fuerzas políticas, lo cual evidencia que la defensa de los derechos humanos puede y debe ser una causa común.

En un país donde cada año miles de personas reciben un diagnóstico de cáncer y donde muchos logran sobrevivir gracias a los avances médicos y a su fortaleza personal, esta ley significa mucho más que un cambio normativo. Es el reconocimiento de que haber superado una enfermedad no debe traducirse en una marca permanente, en una carga, en un obstáculo. Por el contrario, debe ser motivo de respeto, de apoyo y de nuevas oportunidades.

La Ley de Olvido Oncológico es, en definitiva, una victoria para la justicia social, la inclusión, la igualdad y la dignidad humana. Su aprobación es un llamado a transformar no solo el marco legal, sino también las percepciones sociales en torno al cáncer y sus consecuencias. Porque sobrevivir no puede seguir siendo sinónimo de exclusión.