Policías de San Juan Nepomuceno reconstruyen esperanza para mujer discapacitada tras devastadora tormenta

Tras la emergencia climática del 26 de mayo, uniformados lideraron una red solidaria para ayudar a doña Yolanda, una mujer en condición de discapacidad y en estado de abandono, mostrando el lado más humano de la Policía Nacional.

La madrugada del 26 de mayo, San Juan Nepomuceno, en el departamento de Bolívar, fue golpeado por una tormenta con vientos huracanados que dejó múltiples afectaciones en el municipio. Uno de los casos más dramáticos fue el de doña Yolanda, una mujer en condición de discapacidad que vive sola, sin apoyo familiar y cuya vivienda quedó severamente destruida.

El techo arrancado, la pérdida de alimentos y pertenencias, y la noche bajo la lluvia marcaron una nueva tragedia en la vida de Yolanda. Sin embargo, cuando la esperanza parecía perdida, apareció el compromiso de la Policía Nacional, que decidió ir más allá del deber.

WhatsApp Image 2025 05 30 at 2.31.10 PM 1024x768 1

Bajo el liderazgo del comandante de estación, el subintendente Juan Emilio Izquierdo Bula, y los patrulleros Arleys Paola Márquez y Edwin Andrés Sánchez, se activó una cadena de solidaridad en la que participaron comerciantes, vecinos y voluntarios. En pocas horas, lograron recolectar alimentos, ropa, utensilios y materiales de construcción para reparar la vivienda de Yolanda.

Más allá de la ayuda material, los uniformados ofrecieron compañía, escucha y presencia constante. “Yo ya no esperaba nada de nadie, pero llegaron ellos… y me devolvieron la esperanza”, expresó emocionada Yolanda, mientras observaba cómo su hogar volvía a levantarse con manos solidarias.

image 10 768x576 1

Esta acción de la Policía no fue simplemente un acto humanitario. Representó un ejemplo concreto del trabajo comunitario como herramienta de transformación social. A través de su intervención, los agentes no solo restauraron una vivienda: devolvieron la dignidad, la confianza y el sentido de pertenencia a una mujer marginada por la vida.

La historia de Yolanda es testimonio de que, frente a la adversidad, el uniforme verde oliva puede representar mucho más que autoridad: puede ser símbolo de empatía, resiliencia y verdadera vocación de servicio.

Y.A.