Ya va siendo hora que los representantes de los distintos estamentos de los departamentos de nuestra Costa Caribe, incluyendo desde luego todas las esferas gubernamentales, se decidan a recortar las distancias que se mantienen actualmente, las que hacen cada día más notoria la separación con el interior del país, lo que se ha acentuado últimamente.
En diferentes épocas se ha venido planteando en nuestra Región Caribe, la necesidad urgente e ineludible de acordar un trabajo mancomunado entre los Senadores y Representantes a la Cámara, componentes de lo que se denominaría la Bancada Costeña, para así convocar voluntades y unir esfuerzos, para de esa manera promover los propósitos o causas regionales bajo un denominador común.
Los tiempos han cambiado y la Costa Caribe deberá estar en esa nueva onda asimilando corrientes que le promuevan un destino que supere atrasos y trace metas ambiciosas, no en términos vagos, sino de realidades que le den a la comunidad las fortalezas anheladas.
Algo tendrán que hacer nuestros Senadores y Representantes, si de veras aspiran a ser solidarios, donde la ayuda estatal y la inversión social lleguen a todos y donde sin exclusión todos puedan participar en las decisiones y en las realizaciones.
En verdad algo se ha hecho en ese sentido pero parcialmente, sencillamente porque no ha habido un movimiento unificado y aquellas posibilidades identificadas a las cuales se les asignó promisorio porvenir, se evaporaron rápidamente.
Esa falta de unidad de conciencia para defender a nuestra región por parte de nuestros legisladores costeños, también le ha abierto espacios a la subestimación centralista, porque es notorio que a la Costa casi nunca se le ha tenido muy en cuenta, cuando de favorecer a las regiones se trata.
Es innegable que existe un marginamiento que pesa y este se puede apreciar en la asignación de recursos para proyectos de envergadura; sin embargo predomina cierto conformismo entre los mismos sectores dirigentes, al no exigir lo que verdaderamente le corresponde a nuestra región.
La voz de quienes debieran pronunciarse, como lo son nuestros Senadores y Representantes, muy poco se hacen sentir y la disposición se convierte en un permanente distanciamiento que anula las acciones de conjunto o de frente común, tal como lo hemos venido planteando desde hace algunos años aquí en LA LIBERTAD.
Sobre este tema es conveniente insistir y deberá estar en la agenda de nuestros congresistas del Atlántico, Magdalena, Cesar, La Guajira, Bolívar, Sucre y Córdoba, por encima de las parcialidades políticas, para que predomine la unidad que tanto se necesita en el Capitolio Nacional.
A nuestros parlamentarios costeños les deseamos éxitos, para bien de nuestra región Caribe y que así quede despejado el camino para que se proyecte un futuro más próspero para todos.