El Gobierno de Donald Trump ha denunciado la falta de avances en las negociaciones comerciales con China, al tiempo que acelera medidas para forzar una desvinculación económica de gran escala que, según expertos, podría desatar el caos en las cadenas de suministro globales y fragmentar al mundo en bloques de influencia liderados por las dos principales potencias.
Las tensiones entre Washington y Pekín parecían haberse aliviado a principios de este mes, cuando delegaciones de ambos países se reunieron en Ginebra y acordaron reducir parcialmente sus aranceles mientras avanzaban hacia un acuerdo comercial de mayor alcance.
Sin embargo, el rumbo de este pacto cambió bruscamente este viernes, cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, acusó a China de violar el convenio alcanzado semanas antes para rebajar los aranceles. El mandatario no precisó en qué términos Pekín habría incumplido el acuerdo, el segundo firmado por su administración tras la imposición de tarifas globales, después del cerrado con el Reino Unido.
Como parte del acuerdo, ambas partes habían pactado una tregua arancelaria que redujo del 145 % al 30 % los gravámenes estadounidenses sobre productos chinos, mientras que China disminuyó sus aranceles a bienes estadounidenses del 125 % al 10 %.
Funcionarios estadounidenses afirman que empresas chinas continúan recibiendo subsidios estatales no declarados, una posible violación de las condiciones del acuerdo.