El ataque armado ocurrió en un billar del municipio fronterizo. Un venezolano falleció y un presunto sicario fue abatido por el Ejército. Autoridades investigan vínculos con economías ilícitas y grupos armados como el ELN.
Una nueva acción violenta sacudió al municipio de Villa del Rosario, ubicado en la zona de frontera entre Colombia y Venezuela, dejando como saldo dos personas muertas y una más herida. El hecho, que tuvo lugar en un billar local, fue protagonizado por dos hombres armados que dispararon repetidamente contra sus víctimas. La situación generó una reacción inmediata por parte del Ejército Nacional, que patrullaba la zona, y logró neutralizar a uno de los presuntos atacantes.
De acuerdo con la información preliminar entregada por las autoridades, el ataque ocurrió en un establecimiento de entretenimiento nocturno en pleno casco urbano de Villa del Rosario. Uno de los afectados, identificado como William Santamaría Guillén, de nacionalidad venezolana, recibió varios impactos de arma de fuego y falleció tras ser trasladado al hospital. Otra víctima, José Eloy Peña, resultó herido en una de sus extremidades inferiores y se recupera bajo supervisión médica.
La rápida respuesta de un soldado del Ejército permitió abatir a uno de los presuntos sicarios, mientras que su cómplice logró huir cruzando la frontera hacia territorio venezolano, según versiones recogidas en el lugar de los hechos. En la escena del crimen fue hallada un arma de fuego, una vainilla percutida y un cartucho sin detonar, elementos que hacen parte del material probatorio en el desarrollo de la investigación.
El coronel Camilo Mazo, comandante del Grupo Mecanizado Maza, entregó detalles de la operación: “Allí el Ejército adelanta trabajos de seguridad en la zona de frontera. El soldado reaccionó en el momento en que dos personas atacaban con arma de fuego a quienes se encontraban en el billar. El soldado está preparado para neutralizar de manera total o parcial. Se actúa de manera rápida cuando hay peligro”.
El oficial también subrayó que se trata de una zona compleja, afectada por las economías ilícitas y la presencia de diversos grupos armados ilegales, entre ellos el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas criminales, quienes disputan el control territorial a través de la violencia.
Esta situación ha incrementado la preocupación en la comunidad local y en los municipios aledaños del departamento de Norte de Santander. Villa del Rosario, como otros puntos de la frontera colombo-venezolana, se ha convertido en un corredor estratégico para actividades ilegales como el tráfico de armas, contrabando, narcotráfico y migración irregular. La debilidad institucional en algunos sectores de frontera favorece la operación de estos grupos al margen de la ley.
Las autoridades han activado un dispositivo especial de seguridad para garantizar el orden público y capturar al segundo implicado en esta acción violenta. Se han reforzado los puestos de control y se desplegaron unidades de inteligencia para rastrear posibles rutas de escape hacia Venezuela. Asimismo, se han solicitado imágenes de cámaras de seguridad del sector y testimonios de testigos para avanzar en la identificación del atacante fugitivo.
Este hecho se suma a una serie de incidentes recientes en la región que reflejan el deterioro de la seguridad en zonas limítrofes. A esto se añade el secuestro del ingeniero Gonzalo Arenas, también reportado en días pasados en esta misma región, lo que eleva la alerta de las autoridades y la exigencia de la población para que el Gobierno Nacional tome medidas más contundentes.
Las autoridades continúan la investigación para esclarecer los móviles del crimen, que aún no han sido confirmados, aunque se presume podrían estar relacionados con ajustes de cuentas, disputas territoriales o retaliaciones entre bandas.
En tanto, la comunidad de Villa del Rosario clama por mayor presencia institucional y refuerzo militar que permita frenar la creciente ola de violencia en este punto crítico de la frontera. El llamado es urgente: detener el avance de los actores armados ilegales y garantizar la tranquilidad de quienes viven entre dos naciones.
Y.A.