Lo que antes era una economía basada en la venta de leña y carbón, ahora florece como un semillero de creatividad y emprendimiento liderado por mujeres. Gracias al proyecto “Raíces Creativas”, impulsado por Surtigas y su Fundación Promigas, un grupo de mujeres mayores de la isla de Tierra Bomba ha transformado su realidad, dejando atrás prácticas contaminantes y abrazando el arte y la sostenibilidad como nuevas formas de vida.
Nancy y Mayito Cardales son solo dos de las 16 mujeres que participaron en esta iniciativa. Durante décadas, dependieron de la comercialización de carbón vegetal para subsistir. Pero con la llegada del gas natural a la isla en 2016, esa actividad dejó de ser viable. Ante el cambio, surgió una pregunta crucial: ¿y ahora qué?
La respuesta vino en forma de creatividad y empoderamiento. Con apoyo técnico y humano, las participantes aprendieron a convertir residuos plásticos, un grave problema ambiental en la isla, en piezas artesanales como collares, aretes y objetos decorativos que ahora son símbolo de cultura, resiliencia y desarrollo sostenible.
“Lo que buscamos fue acompañar esta transición con dignidad y propósito. Mostrarles que con sus manos podían construir un nuevo futuro, más saludable, más creativo y con sentido”, explicó Santiago Mejía, gerente general de Surtigas.
Además del impacto ambiental positivo, el proyecto ha fortalecido la autoestima de las beneficiarias, muchas de ellas ya en edad de retiro. Para Nancy, lo que empezó como una necesidad, terminó en una red de apoyo, aprendizaje y orgullo. “Pensé que ya no podía aprender nada nuevo. Ahora soy una artesana”, afirma con una sonrisa.
La experiencia de estas mujeres fue presentada en la Feria Farex 2025, donde sus productos fueron exhibidos y vendidos por primera vez ante un público nacional e internacional. El evento sirvió también para consolidar alianzas y mostrar que este tipo de procesos sociales generan impacto real tanto económico como cultural.
Marcela Dávila, directora ejecutiva de la Fundación Promigas, resaltó: “Este proyecto demuestra que el desarrollo no se mide solo en estadísticas, sino en historias que transforman vidas. Tierra Bomba es hoy ejemplo de cómo la energía puede ser motor de cambio”.
El programa “Raíces Creativas” no solo cambió la fuente de ingresos de estas mujeres, sino que sembró en la isla una semilla de esperanza, demostrando que el empoderamiento femenino, la conciencia ambiental y la innovación comunitaria pueden caminar de la mano.