Así puedes proteger tus pulmones en tiempos de lluvia

*Aunque las lluvias son beneficiosas para la naturaleza, la humedad y los cambios de temperatura facilitan la aparición de cuadros respiratorios, puntualmente en el incremento de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA).

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

Si bien la lluvia es fundamental para un equilibrio natural de los ecosistemas, este mismo clima húmedo puede representar una alerta para la salud de los seres humanos, en especial para el sistema respiratorio.
Y es que para nadie es un secreto que la combinación de humedad, temperaturas inestables y ambientes cerrados constituye el escenario perfecto para el incremento de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), una de las afecciones más comunes durante esta temporada en el país.
Este repunte no solo impacta directamente en la salud individual, sino que se refleja en la creciente demanda de los servicios médicos, con un notable aumento en las salas de urgencias y consulta externa, por síntomas respiratorios, mientras que las Unidades de Cuidado Intensivo también reportan una mayor ocupación en casos más graves.
Especialidades como la pediatría, medicina interna y neumología se ven especialmente solicitadas, lo que afecta la capacidad de respuesta del sistema y limita el acceso oportuno a los tratamientos necesarios.
Lo cierto es que más allá de hacerle frente a los síntomas, es fundamental adoptar una actitud preventiva, entendiendo que gran parte de estas enfermedades pueden ser evitadas con acciones cotidianas conscientes y responsables.
Una de las claves de la prevención es la higiene personal. La limpieza diaria, el lavado constante de manos, especialmente después de utilizar el baño, antes de ingerir alimentos o tras estar en lugares públicos, constituye una barrera simple pero poderosa frente a virus y bacterias.
De igual manera, el entorno en el que se vive y se trabaja debe mantenerse limpio y ventilado, lo que es posible lograr a través de sencillas acciones como aspirar tapetes, sacudir cortinas y permitir la circulación del aire, sobretodo, en hogares con niños, adultos mayores o personas con enfermedades crónicas.
Otras de las formas de mantenerse sano son evitando el contacto con personas enfermas y protegerse de cambios bruscos de temperatura, a demás de procurar el consumo frecuente de frutas y verduras.

¿Qué pasa si ya estoy con la enfermedad?

Si la enfermedad ya se ha manifestado, lo indicado es actuar con calma pero con responsabilidad, comenzando por reconocer la presencia de alguna condición de base que pueda agravar los síntomas, y seguir con disciplina las recomendaciones médicas. Igualmente se recomienda:
• Uso de analgésicos para tratar dolor de cabeza o en las articulaciones.
• Consumir líquidos apropiados y abundantes.
• Reposar y en lo posible permanecer en casa.
• No fumar y evitar exponerse al humo.
Utilizar toallas de papel para contener las secreciones respiratorias y botarlas a la basura después de su uso.
• Evitar permanecer en espacios reducidos con gran número de personas
• Estar atento a los síntomas o signos que requieren atención médica.

Ahora bien, hay momentos en los que una infección respiratoria puede dejar de ser un malestar leve y convertirse en una urgencia médica. Por eso, se debe estar atento a señales de alarma como fiebre persistente superior a los 38 grados, dificultad para respirar, labios amoratados, dolor en el pecho o secreciones con cambios anormales en su color.
Estos síntomas no deben minimizarse, y su aparición amerita una consulta médica inmediata para evitar desenlaces más graves.
Recuerda, prevenir no es simplemente una sugerencia, es una acción poderosa que puede evitar que un resfriado común evolucione hacia una enfermedad que requiera hospitalización o que afecte la calidad de vida.
Cuidar nuestro cuerpo y el de quienes nos rodean es también una forma de enfrentar estas temporadas con responsabilidad y bienestar.