La ostentación en redes sociales de Angie Bonilla, conocida como Barbie Vanessa, contrasta con los interrogantes judiciales que emergen tras el secuestro de su hijo Lyan José Hortúa y la violenta muerte de su padre biológico, alias ‘Mascota’.
El secuestro de Lyan José Hortúa, el niño de 11 años retenido por disidencias armadas durante 19 días en zona rural de Jamundí, no solo conmocionó a Colombia, sino que abrió una caja de interrogantes judiciales en torno a su entorno familiar. En el centro de esta tormenta se encuentra su madre, Angie Bonilla, más conocida en redes sociales como Barbie Vanessa.
Con más de 132 mil seguidores en Instagram, Barbie Vanessa proyectaba una imagen pública llena de carros rosados, atuendos glamorosos y viajes de lujo, alejada por completo del drama que más tarde la rodearía. Su lema —“Me llaman Barbie Vanessa, pero no porque me crea muñeca”— parecía una declaración de estilo, pero ahora es examinado bajo una nueva luz: la del escrutinio judicial y social.
@barbievanessa88
Me dicen Barbie, pero no porque me crea una muñeca 👀✨ Todo empezó con mi mamá q con sus ojos de amor me ve así 💖💖. Y ps ya hoy día todos me conocen por BARBIE 🎀💝
♬ sonido original – Barbie Vanessa🎀
La mujer, que durante el cautiverio de su hijo se mostró devastada ante los medios, ha sido objeto de cuestionamientos tras revelarse las inconsistencias económicas en su estilo de vida. Publicaciones restringidas, cenas en exclusivos restaurantes y estancias en el exterior sin respaldo de una fuente de ingresos clara, son apenas la punta del iceberg.
Pero el foco no solo está sobre ella. El asesinato del padre biológico de Lyan, Leonardo Hortúa Blandón, alias ‘Mascota’, reactivó alertas en la investigación. El hombre, quien había sido vinculado a estructuras como Los Rastrojos y señalado como sucesor de Diego Rastrojo, fue ejecutado por sicarios en Cali mientras acudía a una cita odontológica, pese a estar bajo prisión domiciliaria y en situación de amenaza.
@barbievanessa88
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♬ Parte & Choke (feat. Jøtta) [Remix] – Jombriel & Ryan Castro & Alex Krack
Las autoridades indagan si la opulencia exhibida por Bonilla guarda alguna conexión con redes ilegales. Aunque la familia ha negado toda relación con organizaciones criminales, el contraste entre sus lujos y la residencia rural donde vivía el niño ha generado suspicacia. Incluso, la revista Semana reveló que hay líneas de investigación sobre posibles vínculos ilícitos aún no esclarecidos.
La narrativa mediática, que inicialmente estuvo centrada en el sufrimiento de una madre, empieza a virar hacia la doble vida de una influencer que encarna tanto el papel de madre afectada como el de figura pública en entornos de ostentación.
Mientras tanto, Lyan José intenta recuperar la normalidad, aunque sufre síntomas de estrés postraumático, según su madre. “Es momento de abrazar con amor”, declaró recientemente. Sin embargo, para las autoridades, el caso apenas comienza: el rompecabezas del entorno de Lyan podría ser clave para develar nuevas redes criminales y esclarecer el origen de tanto lujo sin explicación.
Y.A.
