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Desde coleccionistas hasta influencers, el fenómeno de los bebés reborn crece en España y el mundo, impulsado por la tecnología, el coleccionismo artístico y razones emocionales o terapéuticas.
En España, Nicole, una mujer apasionada por el coleccionismo, asegura tener 600 hijos. Pero solo cinco son humanos; el resto son muñecos de silicona y vinilo conocidos como bebés reborn. Esta tendencia, cada vez más extendida, combina el arte con la psicología y la inteligencia artificial: algunos de estos muñecos pueden llorar, reír o incluso hacer sus necesidades. Nicole ha llegado a pagar hasta 20.000 euros por una sola pieza, y asegura que los cuida como si fueran reales, cambiándoles los pañales y vistiéndolos a diario.
El caso más mediático es el de Batmancito, un bebé reborn influencer con más de un millón de seguidores en redes sociales. Sus «padres», Alejandra y Jaime, lo muestran en su vida cotidiana: lo llevan al supermercado, de vacaciones e incluso a urgencias médicas. Para ellos, no se trata de una excentricidad, sino de una terapia emocional: ella padece un tumor que le impide tener hijos y él ha perdido contacto con los suyos.
@alejayjaime
La reacción de mi hijo al ver la nieve 😍😍😍 soy tan feliz
♬ Little Things – Adrián Berenguer
Aunque pueda parecer una moda reciente, el origen de los reborn se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando mujeres alemanas transformaban muñecas en los refugios antiaéreos. Sin embargo, la escultora española María Valle niega esta versión, asegurando que el fenómeno nació mucho después y critica a algunos influencers colombianos por utilizar esta tendencia con fines mediáticos.
El auge real llegó en los años 90, cuando comenzaron a comercializarse en Estados Unidos. Hoy, existe toda una industria internacional en torno a estos bebés hiperrealistas. En España, la empresa Muñecas Guca es una de las más reconocidas, con una facturación superior al millón de euros en 2019.
El precio de un reborn varía entre 600 y 2.000 euros, aunque modelos personalizados y de mayor detalle pueden alcanzar los 15.000 euros. Para los fanáticos, existe incluso una feria anual: el Dolls And Reborn International Show (Daris), celebrado en el Rafael Hoteles Atocha de Madrid. Allí, más de 30 artesanos de todo el mundo presentan sus creaciones a coleccionistas y entusiastas que desean convertirse en los «padres» de un bebé de silicona.
Este inquietante fenómeno plantea preguntas sobre los límites del arte, la necesidad de afecto y las nuevas formas de entender la paternidad en el siglo XXI.
Y.A.