Un argentino entre los arrestados por el régimen de Maduro en la llamada Operación Tun Tun; crecen las denuncias por desapariciones forzadas y persecución internacional.
A tan solo días de celebrarse las elecciones legislativas y de gobernadores en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro anunció una nueva serie de detenciones de presuntos conspiradores, entre los cuales se encuentra un ciudadano argentino cuya presencia en el país estaba relacionada, según versiones diplomáticas, con un evento de ciberseguridad. La medida ha desatado una ola de condenas por parte de organizaciones de derechos humanos y diplomáticos, que señalan un nuevo episodio de represión dirigido incluso a ciudadanos extranjeros.
Las detenciones se realizaron bajo el marco de la llamada Operación Tun Tun, una iniciativa represiva que, de acuerdo con las autoridades chavistas, busca neutralizar una supuesta conspiración internacional que incluiría ataques con explosivos, secuestros y sabotajes a infraestructuras críticas como hospitales, embajadas y estaciones eléctricas.
El anuncio fue realizado por Diosdado Cabello, número dos del chavismo y actual ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, quien, durante una aparición televisiva, dio detalles vagos pero alarmantes: “Un búlgaro, uno es argentino… Dos embarcaciones en altamar. ¿Qué piensan ustedes si a alguien le consiguen 200 kilos de pólvora? No estamos en diciembre. Nosotros estamos en una guerra”.
Cabello también confirmó la captura de 38 supuestos “terroristas mercenarios”, de los cuales 17 serían extranjeros —entre ellos colombianos, mexicanos, un ucraniano, un albanés, un español y el argentino— y 21 venezolanos. Afirmó que todos formarían parte de una estrategia para desestabilizar el proceso electoral de este 25 de mayo.
Sobre el ciudadano argentino, el régimen no ha proporcionado ni nombre, ni lugar de detención, ni estado actual. Sin embargo, fuentes citadas por el diario Clarín aseguran que el detenido sería un profesional del ámbito de la ciberseguridad, que había viajado a Venezuela para participar en un congreso del sector. Hasta el momento, la Cancillería argentina no ha emitido un comunicado oficial, lo que ha incrementado la preocupación por el paradero del connacional.
“Todavía no me han dicho cómo están los teléfonos del búlgaro y del argentino. Y un español también”, declaró Cabello, insinuando que los dispositivos electrónicos incautados podrían ser claves en la investigación.
Desde el exterior, la exrepresentante diplomática del gobierno interino venezolano en Argentina, Elisa Trotta, alertó que el nuevo arresto eleva a más de 60 el número de extranjeros detenidos por el régimen de Maduro, incluidos tres argentinos: Nahuel Gallo, Yaacob Hararty (ciudadano israelí-argentino) y este nuevo implicado. “Del gendarme Gallo no sabemos su lugar exacto de reclusión ni su estado de salud, lo que configura una desaparición forzada que ya supera los 150 días. Esto constituye un crimen de lesa humanidad«, sentenció Trotta.
Las detenciones ocurren en un contexto marcado por la ausencia de garantías democráticas. La oposición, encabezada por la inhabilitada María Corina Machado, ha denunciado que los comicios son una “farsa electoral” y ha llamado a la abstención como forma de protesta. “Lo que vamos a lograr es ratificar esa derrota (…) dejando todos los centros vacíos”, expresó Machado desde la clandestinidad.
Mientras tanto, Maduro ha defendido la Operación Tun Tun como una respuesta a las “amenazas fascistas” y a intentos de golpe. “Están tratando de conspirar, pero no han podido ni podrán”, aseguró en cadena nacional. El mandatario también anunció un despliegue de más de 412.000 efectivos militares y policiales, además de 80.000 funcionarios civiles, para “garantizar la seguridad del proceso electoral”.
Con el chavismo controlando 253 de los 277 escaños de la Asamblea Nacional y 19 de las 23 gobernaciones, los comicios del domingo están destinados a reforzar una hegemonía institucional cada vez más cuestionada a nivel internacional, en medio de denuncias de fraude en las presidenciales de 2024 y una estrategia de persecución que, según expertos en derechos humanos, “ya no distingue entre venezolanos y extranjeros”.
La situación del argentino detenido y la de otros extranjeros retenidos en Venezuela se suma al creciente aislamiento del país en el plano diplomático, con conectividad aérea reducida, relaciones tensas con varios gobiernos de la región, y un aparato estatal centrado en sofocar cualquier forma de oposición, nacional o foránea.
Ante este escenario, organismos internacionales como la ONU, la OEA y diversas ONGs defensoras de los derechos humanos intensifican sus llamados a una solución pacífica y al cese inmediato de las detenciones arbitrarias, especialmente cuando se trata de ciudadanos que no han tenido acceso a un proceso judicial transparente ni contacto con sus representaciones consulares.